Fernando Jáuregui – A la Reina la mandan callar


MADRID, 31 (OTR/PRESS)

No, claro que no estoy de acuerdo con algunas de las opiniones vertidas por la Reina doña Sofía en el libro de Pilar Urbano. Y sí, claro que sí estoy de acuerdo en que la mujer del jefe del Estado pueda expresarse como le parezca. Y no, claro que no entiendo que la única persona en toda España que no goce de libertad de expresión, derecho garantizado sin excepciones -que yo sepa_ en la Constitución, sea la primera dama. Otra cosa es si ella se muestra o no discreta, o las razones por las que la Reina ha decidido abandonar su tradicional prudencia a favor de un libro periodístico.

Pero me siento perplejo ante algunos comentarios que estoy escuchando sobre las palabras de la Reina. Lejos de debatir si tiene o no razón, o cuánta razón le asiste, simplemente, la mandan callar. Y no es esa la monarquía que yo quiero, silente, alejada de las cuestiones que a los españoles nos apasionan, hierática. Que es lo que parecen aconsejar algunos entornos de la casa real.

Lo digo porque acabo de vivir, este jueves, una experiencia apasionante, en el congreso de nuevo periodismo de Cáceres, que inauguraron los príncipes. Terminó la parte oficial del acto y don Felipe y doña Letizia se mezclaron con los «blogueros» que por allí pululaban: trataron a los príncipes de tú -y, de veras: ¡no ocurrió nada!-, se fotografiaron con ellos, les preguntaron cuanto quisieron y los dos respondieron lo que les dio la gana. Lástima que el momento no fuese inmortalizado por los fotógrafos de la prensa «convencional», ni por las cámaras de televisión, porque ellos no gozaron de las mismas facilidades de los «blogueros»: su acceso a la cercanía de los príncipes fue restringido en todo momento por el servicio de seguridad de La Zarzuela, empeñado siempre en mantener a los periodistas a una (mal)sana distancia.

Sé que los príncipes, tanto don Felipe como doña Letizia, disfrutaron de lo lindo con el encuentro con esos jóvenes, algunos de los cuales se confesaron republicanos, pero que estaban entusiasmados departiendo con toda informalidad -«Felipe, ¿te importa hacerte una foto conmigo?»- con el heredero de la Corona española y su esposa. Lástima de oportunidad gráfica perdida para nuestras televisiones.

Fernando Jáuregui

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