Fernando Jáuregui – SOS, se busca


MADRID, 6 (OTR/PRESS)

Los ecos de la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas están siendo profundos y duraderos. Los máximos líderes -Zapatero, Rajoy no aprueban en la valoración de los electores. Se buscan -como ocurrió en Estados Unidos; en parte por eso, por la novedad absoluta, ganó Obama- rostros inéditos, comportamientos frescos, sorpresas. Quizá por ello, por el ansia de lo nuevo, y por su actividad tan visible, la ministra de Defensa, Carme Chacón, es la más valorada de todos los ministros, bastantes de los cuales, por cierto, son prácticamente desconocidos para los encuestados. Y también quizá por ello, y por el «buen ruido» que sabe hacer, asciende en flecha un partido cuyas siglas casi nadie identifica, pero que sí está representado por la cara de su «lideresa», Rosa Díez.

Se busca líder, se busca al Obama español. ¿Tan malos son los actuales? Yo no lo creo. Me parece que la autoridad de Zapatero sobre el PSOE es indiscutible, aunque el avance de su desprestigio entre la ciudadanía está siendo enorme: gobernar desgasta. Pero, a veces, la oposición desgasta más, como dijo sabiamente alguien que no recuerdo. Le está ocurriendo a una figura tan estimable como Mariano Rajoy, cuya escasa hambre de balón se pone numerosas veces de manifiesto. A Rajoy algunos, en su partido, le siegan la hierba bajo los pies; pero es una lucha de poder más que otra cosa. Y, claro, las bajas valoraciones que el presidente del PP obtiene en los sondeos afilan los puñales de los conspiradores, muy centrados, de nuevo, sobre todo en el inútil fru-fru de los cenáculos y mentideros madrileños.

Los dos principales partidos, el socialista y el popular, tienen abundante recambio posible en sus filas: de los primeros, se me ocurren, además de Chacón -cuya imagen manejan sabiamente quienes saben hacerlo-, Leire Pajín, entre otros miembros de la ejecutiva y para no citar a veteranos como Alfredo Pérez Rubalcaba, cansado pero no quemado, o María Teresa Fernández de la Vega, cuya sintonía con ZP parece no ser tan perfecta como antes. Estoy hablando, por supuesto, del caso, que yo considero bastante probable, de que Zapatero decida no encabezar el cartel electoral en las próximas elecciones generales.

Entre los «populares», pienso que la nueva hornada de colaboradores de Rajoy debería tener posibilidades sucesorias, en caso de que fuese necesario -que no estoy seguro de que lo sea- sucederle antes de los comicios legislativos: Dolores de Cospedal, Esteban González Pons o la mismísima Soraya Sáenz de Santamaría, muy atacada por la «vieja guardia» partidaria de volver a los tiempos duros, son nombres creo que muy estimables. ¿Y Ruiz Gallardón? El alcalde de Madrid es, pese a su ya relativa juventud, un viejo dinosaurio de la política, que debería aprovechar su tirón para tratar de llevar votos a su partido en las próximas y decisivas elecciones europeas. Pero el alcalde capitalino probablemente no lo hará al final: atento tan solo a su futuro, perderá esta oportunidad de ganarse el porvenir.

Así anda la fauna política en este país nuestro y esos son los nombres que estos días se barajan en los bulliciosos círculos madrileños, tan aficionados a mirar en la bola de cristal. ¿Hay un/a Obama por ahí?

Fernando Jáuregui.

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