MADRID, 6 (OTR/PRESS)
A un ciudadano español le matan una hija de quince años, después de haber sido sometida a repugnantes vejaciones. Su mujer, a consecuencia del dolor, fallece. El ciudadano, razonablemente destemplado, recorre algunos estudios de televisión y acusa a la Guardia Civil, a la Policía, a los Jueces, y a todo el que se ponga por delante, porque debe ser duro asumir que ni el que cometió crimen, ni los posibles instigadores, hayan sido detenidos.
Ahora, la Justicia Española, tan lenta como insensata, ¡dieciséis años después!, quiere juzgar a ese padre trastornado para el que pide dieciséis años de cárcel, tantos como los que han transcurrido desde el horrible crimen. Ya decía Pitigrilli que la mejor cualidad de un juez es que tenga sentido común y, si sabe algo de Derecho, mucho mejor, pero aquí parece que han crecido los fiscales que saben mucho de Derecho, pero están ayunos en sentido común. Me gustaría conocer la reacción de esos sabios de la Jurisprudencia que forman el Ministerio Fiscal, de haber perdido una hija de quince años, y a su mujer. Tengo curiosidad por saber cómo habrían reaccionado, y cómo estaría su dignidad, ahora tan herida.
Naturalmente, la acusación de injurias y calumnias está basada en la legalidad. Y que el comportamiento del padre de la hija asesinada, y de su abogado, no es ejemplar, es evidente. Pero la reacción mentecata del Ministerio Fiscal, intentando encerrar en la cárcel durante ¡16 años! a quien pagaba sus impuestos y un crimen horrible le destrozó la vida es una de las majaderías más solemnes y ridículamente prosopopéyicas de las que hemos tenido noticias en los últimos años. ¿Y qué hará la Justicia, si, sentenciado el caso como pide el fiscal, cientos, miles de valencianos, se acercan al juzgado y declaran que tienen la misma opinión que el acusado? ¿Todos a la cárcel? Sí, sigue mandando la estupidez.
Luis Del Val.
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