El coñazo de la cabra


MADRID, (ABC)

Lo llaman “cabra” y es un carnero, con unas pelotas que dejan canijas a las del caballo de Espartero. Del desfile del Día de la Hispanidad dicen que es un “coñazo” y califican la misión de nuestras tropas en Afganistán como “humanitaria”. El caso es no llamar a las cosas por su nombre.

Edulcorar la realidad, para hacerla electoralmente favorable, es parte del oficio de político y uno entiende que te intenten vender gato por liebre de vez en cuando. Pero hay cosas con las que no se juega. Y una de ellas es la vida de nuestros soldados.

En el país de los talibanes se libra una guerra atroz, despiadada, en la que el enemigo se camufla entre la población civil, actúa cegado por el fanatismo islámico y recurre a los más abyectos métodos terroristas.
El conflicto carece del perfil mediático del que se libra en Iraq, pero no es esencialmente diferente.

Desde La Moncloa, como se hizo en tiempo de Aznar con el contingente destacado en Mesopotamia, se ha dado orden a nuestros mandos para que minimicen los riesgos y eludan los enfrentamientos.

Se han hecho oídos sordos, no sólo a las presiones de nuestros aliados norteamericanos, sino a las desesperadas demandas de los responsables afganos, que han pedido que aviones españoles bombardeen los campos de amapola del opio y que nuestros militares se empleen a fondo.

No se cuánto tiempo creen que les funcionará la mentira. Aunque desde el Ministerio de Defensa sólo se haga hincapié en la cantidad de escuelas que pintan nuestros guerreros o en el número de vacunas que ponen, en Afganistán formamos parte de un cuerpo expedicionario internacional, desplegado allí para evitar que los talibán retomen el poder.

Y eso no se logra repartiendo bizcochos, sino no otros productos menos digeribles.

Estoy convencido lo que le pide el cuerpo a Zapatero es que salgamos corriendo y que lo haríamos si el asunto no fuera diplomáticamente tan complicado.

Mientras tanto, llaman “humanitario” a los que va camino de convertirse en “carnicería”, como si eso fuera a ahuyentar el peligro. Eso si que es ofensivo, sobre todo para nuestros militares.

ALFONSO ROJO.

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Autor

Alfonso Rojo

Alfonso Rojo, director de Periodista Digital, abogado y periodista, trabajó como corresponsal de guerra durante más de tres décadas.

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