Esther Esteban – Más que palabras – Garzón una vez más


MADRID, 8 (OTR/PRESS)

El juez Baltasar Garzón no quiere esperar y, en su impaciencia, está dispuesto a instrumentalizar el derecho cuantas veces haga falta para conseguir su objetivo de abrir una causa general al franquismo, sea o no competente para ello. Resulta que el juez está de baja por enfermedad, y por lo tanto bloquea el procedimiento abierto en la sala de lo penal para dirimir si puede o no seguir adelante ya que la Audiencia no puede requerirle el informe pertinente para tomar una decisión. Hasta ahí nada que objetar. Lo curioso y sospechoso a la vez es que su juzgado ha practicado nuevas diligencias para abrir la fosa de García Lorca y otras exhumaciones en el Valle de los caídos, sin saber si tiene o no competencia para hacerlo y ¡claro, la propia Audiencia Nacional le ha tenido que parar los pies! ¿Por qué tiene el juez tanta prisa? ¿Es muy urgente abrir unas fosas que llevan así 70 años y hacerlo sin las garantías legales pertinentes?

Lo que algunos han calificado de «truculenta Garzonada» para mí es simplemente una huida hacia delante mezclada con un afán de protagonismo impropio en una persona del derecho. No tengo ni idea si lo que está haciendo «el juez estrella» bordea o no el delito de prevaricación, pero lo que está claro es que trata de buscar todo tipo de tretas para salirse con la suya.

Si el juez es competente para hacer lo que quiere… adelante. Con la ley en la mano nadie puede impedirle que remueva el pasado, con equidad y justicia, desenterrando muertos de los dos bandos de aquel fraticida, terrible y vergonzoso episodio de nuestra historia. El problema está cuando quien tiene que velar por el cumplimiento de la ley y hacer Justicia hace mangas y capirotes para demostrar que tiene razón.

De momento la fiscalía dice que tiene prohibido practicar diligencias cuando la competencia del juez está pendiente del pronunciamiento de un tribunal superior. Eso tiene mucha lógica ya que si, finalmente, se entendiera que Garzón no es competente y se hubieran practicado las exhumaciones, no habría marcha atrás. La propia familia de Garcia Lorca es contraria a que se abran las fosas de Viznar, aunque siempre ha sido respetuosa y acatará lo que decida la Audiencia. ¿A qué viene, pues, tanta prisa? Las víctimas llevan ahí 70 años, y por lo tanto se puede esperar un poco más para resolver el asunto con la ley en la mano, para aplicar sus justos términos la ley de memoria histórica y no dar protagonismo a un juez que está demostrando sobradamente un «ego» impropio para un caso de tal trascendencia. Sosiego, Garzón. Sosiego, calma y a lo suyo… La aplicación de la ley en silencio, sin trampa ni cartón. ¿O eso no mola porque no hay cámaras delante? ¡Qué dura e ingrata es la fama!

Esther Esteban.

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