MADRID, 13 (OTR/PRESS)
Hubo una época, no tan lejana, que para demostrar a los catalanes lo chulitos que éramos los de la estepa, nada mejor que dejar de comprarles su cava. Fue una campaña sin sentido, un poco estúpida, que hizo mucho daño no sólo porque dejó de venderse un producto de prestigio sino porque quiénes se sumaron a la campaña debían pensar como el del chiste: «para joder a mi jefe hago la guardía sin capote».
De esta guerra de guerrillas salieron perdiendo todos, los que querían vengarse por la política del Tripartito, y los que dejaron de beber cava, que es una de las bebidas que a mí personalmente más me gustan porque la asocio a momentos felices o agradables de mi vida. La mezcla de las burbujas con el color dorado del cava tiene algo especial, no sólo porque me parece el aperitivo perfecto, también como bebida única para regar la carne o el pescado.
A Dios gracias, las aguas han vuelto a su cauce y el cava a la mesa de los españoles. Prueba de ello fue la fiesta que tuvo lugar en el Hotel Ritz de Madrid, con motivo de la entrega del V Premio Periodístico «El Cava». Un galardón creado por el Consejo Regulador del Cava para dar a conocer la labor que realizan los medios de comunicación sobre este vino espumoso. Una cena de gala a la que asistió un gran número de famosos y eso que a esa misma hora tenían lugar no se cuantos actos más de moda y alta joyería.
Entre los invitados que más interés despertaron se encontraba Laura Ponte, nuera de doña Pilar de Borbón, a la que acribillaron a preguntas sobre el polémico libro de Pilar Urbano sobre la Reina Sofía. Laura que es toda amabilidad y simpatía, salió bastante airosa del trance. Se limitó a decir que le parecía bien, e hizo mutis por el foro en compañía de Laura Sánchez y Claudia Osborne, tres guapas entre las guapas.
Escena que hizo sonreír a Antonio Gala, uno de los mejores escritores de nuestro país, con una sensibilidad especial para meterse en la piel de las mujeres, también en su forma de pensar y actuar. Con un libro recién salido del horno Antonio fue sin duda uno de los más agasajados de la fiesta, y eso que la competencia era grande, pues por allí se encontraba Asis Martin de Cabiedes, Victoria Prego, Antonio Fraguas «Forges», Fernando Argenta, Luis Olaizola, Paca Sauquillo, Carolina Thies, la delegada del Gobierno de Madrid, Soledad Mestre, Cristina García Ramos, que ha recuperado la vida civil después de su traumática salida de TVE.
Al final de la noche se hizo entrega del premio a los galardonados: Cristina Jolonch, del Magazine de La Vanguardia y Gonzalo Estefanía de Punto Radio, así como los integrantes de la serie «En Clau de vi» que se emite por TV3.
«De la tierra al corazón» es el eslogan elegido por Gustavo García-Guillamet para entender el sentido de la vida y del espumoso, y que pretende resaltar la labor de los cavistas de siempre y de las nuevas generaciones que han cambiado el mundo del cava en los últimos 20 años.
Rosa Villacastín.
