MADRID, 13 (OTR/PRESS) Bajo bandera francesa, el presidente del Gobierno, Sr. Rodríguez Zapatero, acudirá a la cumbre del G-20 para anunciar el fin del ciclo histórico del neoliberalismo y proponer un modelo alternativo. Con un viejo tufillo marxista, los PSOEs creen que esta crisis constituye el fin del sistema capitalista. Así lo proclamaron también en los años treinta del siglo pasado, en la crisis asiática del bienio 1997/1998 y lo repetirán de nuevo cuando esta tormenta finalice y, si Dios quiere, el sistema de libre mercado resucite de nuevo de sus cenizas. Los sistemas globales alternativos al capitalismo han fracasado todos. El comunismo se derrumbó en un tsunami de muerte y pobreza. Los fascismos fueron aniquilados después de un largo conflicto bélico. ¿Cuál es el modelo que propone Zetapé?
En la práctica, las economías occidentales son todas «mixtas», esto es, no responden al ideario del liberalismo clásico. Este es incompatible con estados que absorben casi la mitad del PIB a través del gasto público y de los impuestos, con las regulaciones que impiden un correcto funcionamiento del mercado, con Estados del Bienestar que «cuidan» de los ciudadanos de la cuna a la tumba etc. Este es el modelo económico que ha entrado en crisis y no el liberal.
Es más, desde hace décadas, los países que más se han acercado a los principios del capitalismo, EE.UU., Canadá, Australia, Nueva Zelanda han tenido mejores resultados económicos que aquellos otros, como los europeos, con una mayor presencia del Estado en la economía. Si la Cumbre del G-20 se traduce en la adopción a escala universal de políticas económicas que aumenten el gasto público, los impuestos, las regulaciones y el proteccionismo, la crisis económico-financiera será larga y dolorosa, sobre todo, para los países más pobres. Esto es «impepinable», como diría un castizo.
Los socialistas sacan ahora pecho porque ven una oportunidad para recuperar la iniciativa ideológica y política que perdieron hace casi tres décadas. Se equivocan. Sus recetas sólo sirven para crear pobreza no para distribuir la riqueza. Que disfruten de su efímero minuto de gloria.
Lorenzo Bernaldo de Quirós.
