José Cavero – No entrar al trapo de Aznar


MADRID, 25 (OTR/PRESS) De nuevo, Mariano Rajoy y sus leales se ven en la necesidad de recurrir a la «resistencia pasiva» contra sus enemigos interiores, que vuelven a ser los de casi siempre, José María Aznar y Esperanza Aguirre. Ni a quien lo designó ni a la presidenta de la Madrid le complace la estrategia del principal dirigente de la Oposición, y «pinchan» y provocan al líder gallego. Pero éste vuelve a emplear una estrategia ya muchas veces puesta en práctica con anterioridad: No se da por aludido. Si acaso, lo hacen algunos de sus colaboradores, que denuncian el acoso de aznaristas y aguirristas, pero Rajoy prefiere observar y callar.

El diario El País asegura hoy que Rajoy habría ordenado a su equipo no entrar en la guerra ideológica abierta por Aznar, y que es demostrativa de tal estrategia la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, que se limitó una y otra vez a insistir en la idea de que su partido trabaja para ganar. A lo sumo, Rajoy se ha limitado a reclamar la colaboración de todos: Es tiempo para remar en la dirección corecta, dijo, después de que fuera la propia Cospegal la que agitara esas mismas aguas aldenunciar la sobardía anónime de quienes preferían remar en dirección contraria…

Otros cronistas sí han observado reacción de Rajoy contra Aznar, al haber efectuado el actual presidente del PP un encendido elogio de la moderación como guía del quehacer político. La mayor parte de los dirigentes del PP se muestran favorables a la estratrgia de Rajoy, y por consiguiente, desaprueban el tirón de orejas de Aznar. Algunos no tienen inconveniente en hacer explìcita esa adhesión al líder, aunque otros prefieran justificar al expresidente, como Montoro, cuando explica que Aznar quiere meter presión para que se ganen las elecciones y para que nadie se duerma…

Pero cualquiera advierte que Aznar y Rajoy pretenden lo mismo -ganar las siguientes elecciones, que son cuatro, dos en 2009 y las generales de 2012- aunque cada cual aspire a hacerlo por procedimientos distintos. Rajoy, onviamentye, defiende su propio estilo frente a la vía de Aznar. Con un añadido: que al PP de la línea oficial le parece que Aznar está perjudicando las expectativas electorales de Rajoy. Y que le dejen en paz, porque los sondeos electorales vienen a dar su apoyo a su modo de oponerse…

A no pocos electores o votantes del PP , sin embargo, sí le gustaría una oposición más activa, más mordaz, más intensa. Por ejemplo, en cuestiones como las que se ven obligados a defender algunos de los obispos más combativos, como Cañizares: contra la retirada de los crucifijos, contra la nueva ley del aborto que prepara el Gobierno, contra la resistencia a colocar una placa de honor a Santa Maravillas en el Congreso de los diputados… En esas materias, sí hay un PP que desearía mayor beligerancia. Pero en el resto de las políticas -antiterrorista, o para salir de la crisis económica-, la mayor parte de los «populares» prefieren alinearse con Rajoy, y no con el Aznar que reclama dar las batallas ideológicas para no dejarse ganar ese espacio electoral por el adversario o por nadie…

José Cavero.