Agustín Jiménez – Algunos hombres malos


MADRID, 3 (OTR/PRESS)

Una señora de la alta sociedad madrileña, Esperanza Aguirre, ha debido salir de un buen hotel de Bombay pisando charcos de sangre. Sus adversarios se lo han echado en cara, pero ¿qué esperaban que hiciera? ¿Ponerse un chaleco antibalas? ¿Importunar a los comandos de la policía con recomendaciones de extranjera? Unos hombres malos habían ingeniado la operación más sofisticada de terrorismo que jamás se ha visto. Urgía correr o presenciarla por la tele.

Eso ha sido lo extraño. Mayo del 68 fue el primer movimiento urbano televisado. La guerra de Vietnam fue la primera guerra con cámaras en directo. Bombay 2008 ha marcado el inicio del turismo de masas en materia terrorista. Enchufabas la CNN y constantemente había un periodista apostado delante del conflicto, con otro periodista en el estudio que le aconsejaba que saliera pitando, y con cientos de ciudadanos anónimos empuñando sus cámaras de vídeo para inmortalizar la muerte. Los cadáveres no hacían nada.

El gobierno local tampoco hacía mucho, no habían previsto la situación. Un grupo de militantes de Pakistán, la nación más desquiciada de la actualidad, se movía con GPS por los dédalos de las cocinas, entre montañas de mudas de ropa, por los andenes de la estación central. En el país de Gandhi, nadie había previsto la determinación de ese puñado de malvados. Pasado el susto, ha surgido una nueva asociación de supervivientes que relata, o vende, su extraordinaria experiencia. Hay supervivientes de Boston y a lo mejor tambien de Palencia.

Casi la única misión conocida de los estados es ya la de rescatar víctimas. Como los demás, el gobierno español se ha convertido en poquísimas semanas en una agencia de salvamento. Se rescatan bancos y empresas financieras, se fletan transportes especiales para extraer del infierno a honrados turistas de Bombay o de Tailandia, se negocia en Somalia, como se puede, la suerte de un periodista secuestrado.

Algunos hombres malos están haciendo invivible la Tierra. Al Qaeda, claro, pero también los defensores de Guantánamo y el gobierno español, si fue su cómplice. Zapatero exige ahora una investigación. Francamente, ya ha tenido tiempo de hacerla. ¿Ya no recuerda cuándo, tras unas explicaciones poco aclaradas de Condoleezza Rice, todos los ministros europeos de Exteriores se la envainaron y dejaron de hacer preguntas? Hubo un momento en que todos dejaron de hacer preguntas: los militantes pakistaníes, los ministros españoles, los iluminados de las Azores, los incendiarios de Nueva York, Madrid y Bombay y los torturadores de la CIA a quienes parece que ampararon nuestros gobiernos.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído