MADRID, 3 (OTR/PRESS)
La cifra de parados registrada en el mes de noviembre es de las que proporcionan dolores de cabeza. Tanto en sí misma como en la perspectiva en la que debe considerarse: Son ya casi tres millones los parados, y todo permite temer que el año que viene no será mejor, y que se podrían superar los cuatro millones. Es cierto que hay remedios en marcha, medidas del gobierno,de los ayuntamientos, de las Comunidades Autónomas, que debieran poner alguna clase de remedio a estos derramamientos incesantes de empleo en el mercado laboral.
Pero, hoy por hoy, esos son los datos, derivados de una compleja crisis financiera y crediticia internacional, de un lado, e inmobiliaria, del sector automovilística, y del consumo, de otro lado, Pedro Solbes, parece que esforzándose, alcanza a ver una cierta mejoría de la situación en la segunda mitad del año que viene.
Pero, hasta entonces, admite que lo peor podría estar aún por llegar, y que el número de parados seguirá creciendo, con bastante probabilidad, y salvo reacciones ahora mismo no previsibles. No se descarta, sino todo lo contrario, que los cuatro millones de parados sean el gran temor del año que viene, 2009, con lo que eso supondrá de inestabilidad social e incluso de tensiones laborales y sociales.
Los sindicatos no descartan la eventualidad de reclamar movilizaciones contra esta indeseable situación que se anuncia. Y ni siquiera se descarta que pudiera llegar a producirse otra huelga general como la que en su momento, diciembre del 88, padeció el gobierno Felipe González…De ahí la necesidad de que el Gobierno adopte decisiones conjuntas con la dirección de los sindicatos, y que éstos vean la complementariedad de sus acciones en la Mesa del Diálogo Social.
Se señala que la dureza del presente ajuste evidencia la debilidad del modelo de crecimiento económico. Pero nadie alcanza a ver remedios a esta situación crítica. Por si fuera poco, sucede que esta temible subida de la tasa del paro, de más de cuatro puntos en lo que llevamos de año, resulta ser la mayor de entre los países de la OCDE, donde muy a menudo se producen incrementos de algunas décimas y en los que incluso se está produciendo creación de empleo. Tan sólo en Irlanda y en Estados Unidos está creciendo a un ritmo similar al español el ritmo de los desempleados. Y por si faltaba algo, las prestaciones ya han consumido todo lo presupuestado para todo el año…
No debe sorprender, así las cosas, que el primer dirigente de la Oposición, con problemas en su propio liderazgo, se sume al descontento e insatisfacción generales, y aproveche los ú,.timos datos para arremeter con severidad contra el Gobierno y sus políticas, que considera desafortunadas, erráticas. Estos datos, opina Rajoy, son una enmienda a la totalidad a un gobierno desbordado e incapaz. Y califica de urgencia nacional la lucha contra la lacra del desempleo…
Curiosamente, Rajoy hace estas severas manifestaciones en el mismo acto, con los alcaldes del PP, en que éstos aceptan participar en la inversión de ocho mil millones de euros para crear trabajo y puestos de empleo en los próximos meses. Hasta 300.000 empleos, según ha estimado el gobierno. Pero al PP le parecen insuficientes esas inversiones, y reclama cinco mil millones más. Es decir, los alcaldes del PP se apuntan al gasto de esos ocho mil millones de créditos, que Rajoy entiende que no es más que una aspirina, pero «una ayuda», al fin y al cabo, a unos entes, los Municipios, que han venido reclamando financiación suplementaria en los últimos años.
Desde algunos medios informativos se ha tratado de ofrecer el retrato robos o el perfil del parado: resulta ser preferentemente un inmigrante y albañil, y muy a menudo, de menos de 25 años. Pero nadie parece verse libre del riesgo de quedarse sin empleo en cualquier instante. Y ése es el otro gran miedo del momento: que estés en paro, o que puedas estarlo de manera inminente…
José Cavero.
