MADRID, 4 (OTR/PRESS)
En las últimas horas se han producido algunas declaraciones y algunas actitudes radicalmente desaconsejables y al margen de cualquier efecto de modelo social a imitar. Por ejemplo, y para empezar, la frase que pronunció el nada diplomático y más bien vocinglero alcalde de la localidad de Getafe, y al mismo tiempo presidente de la FEMP, Federación española de Municipios y Provincias, el ínclito Pedro Castro. Apenas hay diferencias en las versiones que se dan de sus palabras: «¿Por qué hay tanto tonto de los cojones que vota a la derecha?». En favor del alcalde: Ha pedido perdón y asegura que en ningún momento quiso insultar… Pidió disculpas por su expresión coloquial y cercana, según dijo.
Segundo episodio: La titular de Fomento, Magdalena Alvarez, se ha molestado en mandar una carta a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, para recordarle lo que le dijo en mayo del pasado año desde el Congreso de los Diputados: donde podía haber estado es o tumbada en la vía o colgada en la catenaria -del metro-. Maleni dice que con eso no le quiso desear ningún daño físico. Con esta carta, la controvertida Maleni ha querido aclarar el malentendido y convencer a Aguirre de que de su intervención no se desprendía, como la jefa del Ejecutivo regional creyó, que le deseaba algún daño físico.
Tercer episodio: Se ha relatado con detalle que lo que un diario describe como «una turba de energúmenos», trataron de acosar a Josep Piqué en la Universidad. El grito más oído: «Asesino». A la hora de las preguntas, una estudiante le dijo al que fuera ministro de Aznar, hoy ya en la empresa privada: «¿Cómo pudo usted colaborar con lo de Guantánamo? ¿Es capaz de justificarlo aquí? Es increíble, e imperdonable» . Piqué había acudido a la Universidad a dar su versión sobre la crisis económica, pero, después de casi 45 minutos, el ex ministro no había podido empezar porque los insultos de los fanáticos no le dejaban actuar: «Asesino, fascista, criminal de guerra».
Si acaso, en este clima crispado y revuelto, el diálogo de Fraga y Carrillo sobre la Memoria Histórica, y lo que se debe olvidar y lo que conviene recordar. Los dos veteranos de la política española no estaban por la labor de revolver aún más lo peor de nuestra historia. «Es mejor dejar las cosas como están. Mirar hacia delante, dijo Fraga. Carrillo señaló, a su vez, la diferencia entre las víctimas de la República y las víctimas del franquismo. El ex dirigente del PCE, defendió el «derecho» de las familias a recuperar los retos de sus muertos y que con ello «no se trata de juzgar ahora en un tribunal las responsabilidades de los que hicieron eso, que están muertos, la mayor parte de ellos, todos seguramente».
La diferencia entre las víctimas del Franquismo y las que la República «pudo hacer injustamente» es que éstas fueron héroes durante 40 años de dictadura. Para Santiago Carrillo, la derecha española «haría un gran servicio a este país y a la convivencia no oponiéndose» al debate, pero Manuel Fraga subrayó que a su juicio «es mejor que las cosas queden como están». «No es bueno volver sobre esos temas», dijo, y aseguró que en muchas localidades del país hubo quien evitó las represalias entre vecinos durante la Guerra Civil, pese a lo cual las hubo. «Para qué vamos a hablar de Paracuellos y de otros sitios, querido don Santiago…», dijo Fraga.
José Cavero.
