Julia Navarro – Escaño Cero: «¿Quién resucitará a los muertos?»


MADRID, 3 (OTR/PRESS)

George Bush ha declarado, durante una entrevista en un canal de televisión, que en Iraq no había armas de destrucción masiva y que si declaró la guerra a ese país fué a causa de los informes de los servicios de espionaje.

Confieso mi irritación y rabia mientras estaba viendo el resumen de esa entrevista con el todavía presidente de Estados Unidos. Bush, con cara de no haber roto un plato, bobalicón medio sonriente, ha admitido nada menos que ha provocado miles de muertos, ha arrasado a un país, ha hecho el mundo más inseguro, etc.,etc.,etc., sencillamente porque se equivocó. Incluso en dicha entrevista llegó a decir que no estaba preparado para la guerra.

Viendo la entrevista no sabía que pensar, si estaba ante un cinico malo o ante un tonto igualmente malo, pero el caso es que admitió su «error» como quien confiesa que se ha equivocado de camino para ir al trabajo. Pero ¿y ahora qué? ¿quién va a resucitar a los muertos? Si, a esos miles de seres humanos muertos por las bombas norteamericanas, o quién va a devolverles su vida tal y como era antes de la invasión a esos miles de personas que se han visto sumidas en la miseria.

¿Acudirá Bush a Iraq a explicar a las viudas, a los huérfanos que sus maridos, sus padres, sus hermanos, sus tíos, sus amigos, están muertos fruto de un error? y ¿le saldrá gratis ese error a George Bush y a quienes junto a él tomaron la decisión de provocar una guerra injusta?. Pero me pregunto más, me pregunto qué estará pensando el ex presidente Joseé María Aznar que aseguró en televisión que tenía constancia cierta de que en Iraq había armas de destrucción masiva ¿admitirá, al igual que Bush, que se equivocó?.¿Lo haran todos aquellos jefes de gobierno que acompañaron a Bush en su aventura devastadora?¿Qué pensará Durao Barroso, al que premiaron con la presidencia de la Unión Europea por haberse hecho la «foto de las Azores»?.

La Administracicón Bush, con Cheney, Ransfeld y compañía ha sido nefasta no solo para su propio país sino para el resto del mundo. Estos años hemos estado en manos de halcones sin escrúpulos, con intereses oscuros, gente capaz de desatar una guerra sin motivo alguno. Millones de personas salímos a la calle contra la guerra de Iraq, simplemente porque sabíamos lo que Bush dice haber descubierto ahora: que en Iraq no había armas de destrucción masiva. Y no es que fueramos muy listos, es que los inspectores de Naciones Unidas no las habían encontrado. Bush se va, sí, y se acaba una Administración que ha sido una auténtica pesadilla, pero ¿quién resucitará a los muertos que han provocado? ¿quién le dirá a los familiares de las víctimas que todo fué un error?. Al menos espero que Bush y quienes le acompañaron en su aventura belicista no duerman tranquilos el resto de sus vidas, porque sus sueños estén habitados por las víctimas.

Julia Navarro.

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