Fermín Bocos – La crisis de Gobierno


MADRID, 9 (OTR/PRESS)

Solo Rodríguez Zapatero sabe cuándo cambiará el Gobierno y a quién afectará la remodelación pero la insoportable levedad de la gestión de algunos de sus ministros ha convertido en antesala de noticia lo que no pasan de ser cábalas acerca de la crisis.

Empezando por el área económica: Pedro Solbes, no es que esté sin fuelle, es que ha tirado la toalla. Recuerda a Schuster en el Real Madrid dando por perdidos los partidos antes de jugarlos. Miguel Sebastián -que era el recambio, el as en la manga de Zapatero- ha demostrado que como político está en agraz. Le ha pasado lo peor que le puede pasar a un ministro: que sus iniciativas (las bombillas, el «plan vive», etc.), se hayan convertido en materia de guasa para los humoristas. De Garmendia seguimos a la espera de claridad en los planes; de Aido no se esperaba nada y hay que decir que no ha decepcionado. Corredor sigue inédita, pese a que el sector de su competencia -la Vivienda- está todos los días en la portada de los medios. A Corbacho, el ministro de Trabajo, solo se le podría reprochar la temeridad que supone haber aceptado el cargo en un momento en el que, salvo Zapatero, todos sabíamos que la crisis y, en consecuancia, el paro, galopaba con la fuerza de los bárbaros cuando llegaron a las puertas de Roma.

Fernández Bermejo, en Justicia, ha tenido la rara habilidad de cabrear a todos los colectivos de jueces y funcionarios judiciales; hasta los que son o eran compañeros suyos de viaje estan que trinan y espigan el calendario en busca de un día idóneo para montar una huelga.

Cabrera, en Educación, tiene a varios cientos de estudiantes encerrados en media docena de universidades y todavía no ha encontrado un hueco en su desconocida agenda para intentar quitarles el miedo que genera el Plan Bolonia. Molina, en Cultura, ha pacificado algunos territorios y Soria, en Sanidad, parece que ha aprendido a no jugar a político. Sólo Espinosa, en Agricultura, parece saber qué hacer cuando hay problemas. También Rubalcaba tiene éxito a la hora de detener terroristas.

El futuro político de Fernández de la Vega y el de Miguel Angel Moratinos dependerá más de las necesidades combinatorias de Zapatero que de la calidad de la gestión realizada. La promoción política de Carme Chacón está en la agenda de las prioridades presidenciales. Otro tanto sucede con Bernardino León, actual hombre-para-todo en La Moncloa. Así las cosas, a la vista está que diez meses después de las elecciones, el Gabinete parece viejo, fatigado incluso. De ahí se derivan las cábalas acerca de una probable y próxima crisis ministerial.

Fermín Bocos.

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