Julia Navarro – Escaño Cero – La distancia entre Zapatero y Obama


MADRID, 9 (OTR/PRESS)

En la «corte» de Zapatero no faltan quiénes han querido establecer un paralelismo entre nuestro presidente y Barack Obama. Incluso, dicen, ambos juegan al baloncesto, como si eso fuera un valor añadido a sus supuestas afinidades políticas. Pero la realidad es que ambos políticos son diferentes, y la prueba es cómo actuó Zapatero nada más llegar a la Moncloa, y como sigue actuando, y lo que apunta Barack Obama en esta transición hacia la Casa Blanca.

¿Que a qué viene esto?. Pues viene a que estos días en que se habla dentro y fuera del PSOE, de que es posible que el presidente haga una remodelación de su gobierno, cabe preguntarse si Zapatero dejará de jugar a las sorpresas y de verdad nombrará a ministros con consistencia política y experiencia. Y es que cuando Zapatero ganó sus primeras elecciones debió de pensar que la historia comenzaba en ese mismo momento y nombró un gobierno que, salvo dos o tres excepciones, no estaba a la altura de las necesidades de nuestro país. Pero si los gobienros de Zapatero de la anterior legislatura fueron malos, el que ha nombrado en esta nueva legislatura es peor.

Zapatero viene ejerciendo el poder sin querer que nadie le haga sombra, y así ha buscado medianías, salvo, insisto, dos o tres excepciones. O sea, todo lo contrario de lo que está haciendo Barack Obama, que ha formado un gabinete con todos los pesos pesados de la etapa de Clinton, y por si fuera poco incluso ha echado mano de algunos repúblicanos. Cuando se le ha preguntado a Obama que por qué recurría a gente del reciente pasado, su respuesta fue contundente: Estados Unidos tiene problemas importantes a los que dar respuesta y los ciudadanos no perdonarían que pusiera al frente de los asuntos públicos a gente sin experiencia, y añadió que el cambio es él. Cuando Zapatero ganó las elecciones jubiló a todos los socialistas que rondaban los cincuenta. Todo aquel que pasará de los cuarenta años era considerado un vejestorio. Y llevo su alegre política de rejuvenecer la Administración hasta el disparate de fomentar jubilaciones forzosas en empresas públicas, por ejemplo RTVE, algo que luego han copiado las empresas privadas con igual irresponsbilidad y alegria. De manera que por más que se busquen puntos de encuentro entre Obama y Zapatero o Zapatero y Obama, salvo lo del baloncesto, la verdad es que es difícil encontrarlos.

Ya digo que los rumores sobre una crisis de gobienro están ahí, e incluso se habla de nombres concretos para sustiruir al «abrasado» vicepresidente económico, o sustituir a otros ministros como Magdalena Alvarez. El caos es que este Gobierno aún no ha cumplido los siete meses y está abrasado y la sensación es que la mayoría de los ministros son manifiestamente prescindibles. Me pregunto si Zapatero intentará emular a Obama y buscara a los mejores para ocupar puestos de responsabilidad independientemente de que hayan cumplido los cincuenta, o volverá a tener una de sus ocurrencias, modelo ministerio de la Igualdad.

Como estamos en vísperas de Navidad, me voy a poner en lo mejor, o sea con esperanza de que en esta ocasión Zapatero haga el esfuerzo de parecerse en algo a Obama.

Julia Navarro.

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