MADRID, 12 (OTR/PRESS)
A no pocos asistentes, el discurso que Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la gran patronal CEOE, hizo este jueves ante Zapatero sobre las medidas del Gobierno para afrontar la crisis, les pareció «una pasada»: el hasta ahora más bien timorato Ferrán resultaba sorprendentemente ácido y crítico al proclamar que las medidas habían llegado tarde, estaban siendo escasamente eficaces, y posiblemente eran insuficientes…
Todo ello resultaba extraño en boca de Díaz Ferrán, y acaso había que explicar que está en campaña electoral para ser reelegido. También es probable que haya endurecido su lenguaje en las últimas semanas, posiblemente influido por su propia experiencia y la de otros colegas de oficio empresarial. Otros indican que la suya fue, sencillamente, una demostración visible del enfado y preocupación que muestra el empresariado ante los efectos de la crisis.
En todo caso, la ocasión era propicia para que cada cual expusiera sus ideas ante y sobre la crisis: Zapatero rechazaba las recetas del FMI, esperando que falle nuevamente en sus previsiones sobre la recesión española, y le sirvió para apremiar a los agentes sociales para que lleguen a acuerdos. La banca, en efecto, es ahora mismo el enemigo de Zapatero, de Solbes, o de Díaz Ferrán y sus empresarios, por igual. Todos se quejan de que los créditos no terminan de llegar a empresas y particulares… En concreto, la CEOE dijo a Zapatero que las ayudas no llegan a las empresas, y Zapatero aprovechó para anunciar que redoblará el control sobre la banca y que estará vigilante para que el crédito se traslade a pymes y hogares. Empresas, banca y Gobierno no ocultan las dificultades para conseguir financiación. Cuentan, incluso, que José Blanco estaría forzando a Zapatero a anunciar que se aplicarán medidas excepcionales si las entidades no responden al reto que tienen ante la sociedad: El PSOE amenaza a los bancos con forzarlos a otorgar créditos, mientras el sector bancario, a su vez, argumenta que no se pueden poner en peligro los ahorros de sus clientes.
La banca se defiende e incluso niega que haya cerrado el grifo de los créditos… Un diario llega a decir que «ha estallado la revuelta contra los bancos», que los empresarios les acusan de taponar el crédito y que Zapatero les advierte de que utilizará todos los resortes para que la financiación y la liquidez se agilicen. AEB rechaza las acusaciones y argumenta que el crédito a familias y a empresas ha crecido hasta septiembre a un ritmo del 10 por 100.
Pero en ese turno de reproches mutuos, de Díaz Ferrán y Zapatero, hubo tiempo, también, para las «reformas siempre pendientes». El presidente acusó a los empresarios, al menos a algunos de ellos, de aprovechar la crisis para ajustar plantillas, y la CEOE propuso a Zapatero un contrato con despido barato. En concreto, Díaz Ferrán defiende una indemnización inferior a 20 días por año.
De momento, al menos, el líder del ejecutivo descarta nuevas reformas laborales o fiscales. El presidente elude estas iniciativas y se escuda en su anuncio de futuras reformas estructurales, y en que ésa es materia que él mismo se ha ocupado de delegar a la mesa de diálogo social: O sea, que CEOE negocie y pacte con CCOO y UGT… Pero la patronal no quiere desaprovechar la oportunidad de aconsejarle que adopte reformas estructurales si quiere salir cuanto antes de la crisis…
José Cavero.
