Consuelo Sánchez-Vicente – Dudas otra vez


MADRID, 14 (OTR/PRESS)

La recuperación de la unidad contra ETA fue el gran deseo frustrado de la mayoría de la sociedad española durante la legislatura anterior. De todos los consensos rotos entre el PSOE y el PP, ETA fue el más dañino moral y políticamente, ya que devolvió a la banda la esperanza de ganarle algún día la partida a la democracia a fuerza de alternar la oferta de treguas con la pertinacia en el crimen, y sumió a las víctimas en la soledad y la desolación. Si la experiencia sirviese para algo, que yo creo que debería servir, tendremos que reconocer que tras cada una de las tres grandes treguas etarras -la de González, la de Aznar, la de Zapatero- siempre ha habido un engaño estratégico de la banda en el que los demócratas hemos caído como pardillos.

Desde el principio de la actual legislatura, tan parca en alegrías por culpa de la crisis, la unidad contra ETA del Gobierno y del PP ha sido la mayor, casi la única buena noticia de estos ya 9 meses -un embarazo entero- por la rectificación en toda regla de la anterior política de diálogo con ETA por parte del presidente del Gobierno, y por el cambio de tono y de ritmo de la anterior estrategia de confrontación total en todos los frentes por parte del líder de la oposición. Juntos les hemos visto, a Zapatero y a Rajoy, celebrar la cadena de caídas de etarras en manos de la justicia, pedir y agradecer a Francia su colaboración, e incluso acudir a los funerales, simbólicamente, incluso en el mismo avión tras el asesinato del empresario vasco Ignacio Uría. La peor noticia para ETA.

Un sombra -según el Gobierno, un simple malentendido- nos ha devuelto inquietudes que creíamos olvidadas. Esperanza Aguirre es quien le ha puesto una voz más clara a la duda que se ha instalado en el ambiente «popular», después del acercamiento a Euskadi de algunos etarras presos, diez de ellos de los más relevantes asesinos de la banda: ¿Acaricia de nuevo Zapatero la idea de negociar con ETA? ¿Vuelta a empezar? El ministro del Interior, Rubalcaba, salió el domingo como un rayo a responder que no habrá más negociaciones, que ETA es quien ha elegido acabar como el GRAPO en lugar de cómo el IRA, y lo hizo incluso antes de que cien ex presos de la banda volvieran a abogar por la negociación en un acto conjunto cuyo contenido conocía de antemano el Gobierno. ¿Podemos creerle? El coordinador de Justicia y Libertades Públicas del PP, Federico Trillo, ha respondido que él sí se cree las palabras de Rubalcaba. El vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, que se las tiene que creer, «que no es lo mismo que decir que me lo creo», puntualiza. Yo… quiero creerle.

Consuelo Sánchez-Vicente.

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