José Luis Gómez – A vueltas con España – A remolque de una Europa lenta


MADRID, 14 (OTR/PRESS)

Los sucesivos reveses con las consultas sobre la Constitución europea sumieron a la UE en una parálisis que compitió en aburrimiento con el burocratizado ambiente de Bruselas. Entonces, los más optimistas solían decir que todo se arreglaría tras las elecciones francesas y la llegada de un nuevo líder al país que, junto con Alemania, es capaz de mover esta pesada Europa que tenemos. No acertaron demasiado quienes, dominados por su ilusión, pensaban así, ya que el efecto Sarkozy, aun siendo importante, no está marcando una nueva era, sino más bien gestionando lo que hay, que tampoco es mucho.

La cumbre europea de Bruselas que puso fin a la presidencia semestral francesa terminó con más discreción que brillo y parte de sus enunciados quedan a la espera que ver cómo actúa el presidente electo de EE UU, Barack Obama, presentado por Nicolas Sarkozy como el aliado perfecto de la Unión Europea, no solo frente a la crisis, sino también a la hora de encauzar el esfuerzo global que debe salvar al planeta de la destrucción. Son, qué duda cabe, grandes palabras, la verdad más creíbles en los tiempos de François Mitterrand, Helmut Kohl y Felipe González que en estos de ahora, con Nicolas Sarkozy, Angela Merkel y José Luis Rodríguez Zapatero. Y de hecho, si se entra en la letra pequeña de este objetivo concreto, vemos que el propósito de reducir las emisiones contaminantes en el 20% fue demorado hasta el 2020, con demasiadas excepciones.

Resulta todo muy contradictorio en torno a la UE de hoy en día. Para tener una sola voz en el mundo y un poder económico integrado, Europa necesita dotarse de instituciones fuertes, en vez de seguir ensanchando su ya densa base burocrática en manos de 27 comisarios, miles y miles de funcionarios sin estrategia y un tremendo déficit democrático. Pero en esta cumbre, incluso la decisión irlandesa de repetir el referendo sobre el tratado de Lisboa fue rebajada con la inclusión de un comisario por Estado miembro. Y de la crisis, mejor no hablar, ya que la ratificación del acuerdo para inyectar 200.000 millones de euros en el sistema crediticio volvió a tropezar con la resistencia de algunos países a que estén coordinadas las políticas económicas y se cierre el paso al proteccionismo. ¿Conclusión? Así no llegaremos muy lejos, sobre todo los que vamos a remolque y más expuestos a la tormenta de la crisis.

José Luis Gómez.

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