Antonio Casado – La fuerza del PCE


MADRID, 17 (OTR/PRESS)

Se ve, se ve, la fuerza del PCE. Al son de este ripio antiguo entraban en política o simplemente se comprometían en la lucha por la democracia quienes, hace más de treinta años, se arrimaban a la fuerza tal vez mejor organizada entonces para acelerar la caída del franquismo. Aunque nadie ha recuperado el lema durante el largo y penoso proceso renovador del liderazgo en Izquierda Unida, hubiera encajado perfectamente a juzgar por el desenlace, pues Cayo Lara, el nuevo líder de la organización, ha sido elegido gracias al apoyo determinante del Partido Comunista de España.

Decidido partidario de una banca pública, la planificación económica, el intervencionismo del Estado y un proceso desprivatizador de empresas en sectores estratégicos, Cayo Lara habla de un «socialismo del siglo XXI» capaz de aglutinar a todo lo que se mueve a la izquierda del PSOE oficial. Con semejante libro de estilo no sorprenderá que su primera ocurrencia pública, en materia de actuaciones, haya sido la necesidad de convocar una huelga general.

Sostiene Cayo Lara que, tras una etapa de excesiva complicidad o complacencia con el PSOE, los pobres, los parados, los inmigrantes, los despedidos, los hipotecados… «nos están esperando». Su causa, la causa de los más desfavorecidos, habría sido olvidada por las políticas neoliberales de los últimos gobiernos, incluido el de Zapatero. Las primeras referencias a éste y a su equipo no han sido precisamente amistosas. Los analistas incluso las consideran precursoras de una estrategia de acoso y derribo a los socialistas instalados hoy por hoy en Moncloa.

Tiene su lógica. Recuérdese que Izquierda Unida se apuntó el mejor resultado electoral de su historia (21 diputados) en las elecciones de 1996, después de haber sintonizado sus intereses con los del Partido Popular en la famosa «pinza» de Aznar y Anguita contra González. Por tanto, la enemiga declarada al PSOE por el nuevo líder de IU podría ser la consecuencia de un cálculo. Legítimo pero incoherente en la perspectiva y el lenguaje de un comunista exento de la aversión mutua que siempre se profesaron el PSOE y el PCE.

Cayo Lara matiza que de ninguna manera hace llamamientos a la huelga general. En todo caso sería responsabilidad de las centrales sindicales, precisa. Pero no deja de denunciar que con Zapatero vamos camino de ver creadas las condiciones para una huelga general, porque además «este Gobierno es netamente conservador y le quita el dinero a los ciudadanos para dárselo a los banqueros».

Como declaración de intenciones, me parece que la hoja de ruta del nuevo líder de IU está bastante clara.

Antonio Casado.

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