Julia Navarro – Escaño cero – El zapatazo


MADRID, 16 (OTR/PRESS)

Reconozco que tengo sentimientos encontrados respecto al suceso protagonizado por el periodista iraquí, Muntazer al-Zaidi lanzando sus zapatos al presidente de Estados Unidos George W. Bush. En realidad tengo que hacer un esfuerzo para no dejarme llevar buscando excusas a su comportamiento.

Pero superada esa tentación realmente no se puede avalar el comportamiento de Muntazer al-Haidi, por más que miles de iraquíes esten saliendo a la calle en señal de apoyo al periodista, y que pueda comprenderse la ira y frustración de los iraquíes por cuanto ha hecho Bush, que en definitiva les ha desturido su país.

La verdad es que no entiendo cómo George W. Bush ha tenido la osadía de ir a Iraq a decir entre otras cosas que la guerra va camino de ser ganada. Había algo impúdico en la rueda de prensa que ofreció junto al primer ministro de Iraq, Nuri al Maliki. Bush ha hecho un daño infinito a miles de personas que lo han perdido todo: familia, casa y futuro, de manera que lo menos que podía haber hecho es mantenerse a prudente distancia de quienes solo tiene motivos para odiarle.

Hay algo simbólico en el zapatazo recibido por Bush, es lo que mejor define cómo ha terminado el mundo entero del que es calificado como el peor presidente de la historia de Estados Unidos. Verán yo creo que George W. Bush debería de terminar ante el Tribunal Penal Internacional acompañado por sus amigos Ramsfeld y Cheney. Y es que por si fuera poco, Dick Cheney en unas declaraciones que muestran su grado de inmoralidad ha defendido y justificado las torturas en Guantanamo. El colmo es que ha reconocido estar informado de las técnicas de tortura utilizadas contra el cerebro del 11 S Khalid Sheik Mohamed.

Sinceramente alguién que defiende Guantanamo debería de estar en la cárcel porque es un auténtico peligro público, y Cheney puesto a defender incluso ha dicho que no le parece mal una de las técnicas de tortura que consiste en un ahogamiento fingido. Esa es la calaña de la gente que ha mandado en Estados Unidos en los últimos años, y que si realmente hubiera justicia debería de poder sentárseles en el banquillo de los acusados.

Lo que Cheney ni Bush parecen entender es que la diferencia entre un terrorista y un demócrata es que el demócrata jamás utilizará medios que le igualen con los terroristas. Por eso, tampoco se puede justificar que la manera de expresar la ira contra Bush sea la de lanzarle un par de zapatos, por más que él lo que lanzara en Iraq fueran bombas.

Por eso hay que decir alto y claro que pese a todas las razones que pudiera esgrimir Muntazeral Zaidi es un error darle un zapatazo a Bush como forma de demostrarle desprecio, de acusarle del dolor causado. Ese puede ser el gesto de un hombre desesperado pero no de un periodista que por encima de todo tiene que transmitir la realidad y esa realidad no la puede combatir a zapatazos.

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