José Cavero – Retrato del natural


MADRID, 21 (OTR/PRESS)

El retrato que describe el gobernador Miguel Angel Ordóñez de la situación presente es, ciertamente, desolador y deprimente: nadie escapa de la parálisis. Los consumidores no consumen, los empresarios no contratan, los inversores no invierten y los bancos no prestan». Es la descripción terrible que hace Mafo, desde su formidable atalaya. Con esos mimbres, se procede a la «última negociación del año», la de la financiación autonómica, en la que son personas muy principales, pero no únicas ni exclusivas, Montilla y su conseller Castells, y Solbes, Ocaña, pero también Montoro. Se negocia, en efecto, la financiación para Cataluña, pero también para las restantes Comunidades Autónomas, excluidos vascos y navarros, todas las cuales, y en particular Andalucía, desean ver mejoradas sus cuentas, por parte del Estado, y en sus destinos de Sanidad y Educación.

Precisamente, la negra situación presente no ayuda, sino todo lo contrario, a resolver esos números que Cataluña quisiera ver mejorados en, tal vez, diez o doce mil millones cada año, pero que se tendrá que conformar con incrementos muy inferiores. Si acaso, esos diez o doce mil millones podrían ser lo que se repartan para las quince comunidades del reparto, y es seguro que Cataluña se llevará «la parte del león», pero tendrá que dejar algo para las demás… La negociación se realiza contra reloj, para no terminar de encrespar los ánimos de los socialistas y de los nacionalistas catalanes, todos a una, en esta ocasión, porque se trata de conseguir ventajas para el territorio y sus ocupantes, y en esa coyuntura, todos son nacionalistas antes que cualquier otra cosa o condición.

Cuentan las crónicas del encuentro que se produjo en la Moncloa, entre Zapatero, Montilla y los restantes negociadores, que consiguieron abrir una rendija al pacto, aunque el Gobierno catalán sigue sin dar su conformidad, tal y como había predicho Castells. Hubo avances, y parece que algunos significativos, como la nivelación para que todas las Comunidades puedan percibir la mejoría que se espera. Se creará, en efecto, un fondo de nivelación para que todas las CCAA tengan los mismos recursos por habitante para prestar los servicios básicos de la Educación o la Sanidad. Posiblemente se añada el capítulo de la justicia a esos dos conceptos esenciales… Ese capítulo de la nivelación se supone que significa del orden del 70 por ciento de los recursos disponibles.

Y luego, el otro fondo de suficiencia, para que todas las autonomías dispongan un nivel suficiente de recursos generales. Teniendo especial atención a la población real de cada lugar, pero también a la dispersión poblacional que se produce en algunas regiones. Se avanzó, pero todavía queda mucho por resolver, muchas discrepancias que sortear. Una y otra vez, Zapatero había garantizado que las mejoras serían para todos pero no es menos cierto que sobre todo Cataluña se había fijado más expectativas que ninguna otra comunidad. Y en lo que mejore esta Comunidad se verán las restantes Comunidades. No es casualidad que, inmediatamente después de haber recibido a Montilla, en la Moncloa, acudiera a un nuevo encuentro con Zapatero el presidente andaluz, Manuel Chávez, presidente de la Comunidad más poblada y presidente del PSOE…

En fin, que la partida del sudoku aún continúa. A las dificultades interiores que aprecian los socialistas, se añaden las que suma el principal partido de la Oposición, atento especialmente a que no se termine de abrir un camino hacia una situación de privilegio por parte de Cataluña y sus nacionalistas, incluidos los socialistas, en este punto «muy suyos» y escasamente solidarios con el resto de la Nación española. Pero ¿qué solidaridad nacional cabe cuando vascos y navarros van por su cuenta, gracias a unos fueros privilegiados que nadie se atreve siquiera a considerar?

José Cavero.

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