MADRID, 23 (OTR/PRESS)
Dos de las grandes informaciones de este martes, víspera de Navidad, las ha protagonizado la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que de este modo termina un año de muchas iniciativas y protagonismo indiscutible por razones muy distintas: desde el atentado de su hotel en Bombay como el Congreso del PP valenciano… Pues bien, esta vez han coincidido la mayor parte de los periódicos en destacar dos de sus grandes noticias de las últimas horas con el nombre de Aguirre: De un lado, la presidenta de Madrid da su respaldo al modelo de financiación que ofrece Zapatero. De otra parte, Aguirre cambia la ley para controlar Caja Madrid, recortando el poder de su enemigo acérrimo y sin embargo correligionario Gallardón, a quien impide mantener a Blesa en la presidencia. De manera que la «lideresa», como algunos la denominan, protagoniza dos de las informaciones más trascendentes de las últimas horas, en dos materias de gran relieve bien distintas pero propias de su cargo.
Zapatero quiso que la presidenta de Madrid fuera la tercera autoridad autonómica, tras Montilla y Chaves, que acudiera al palacio de la Moncloa para comprobar las bondades y ventajas del futuro sistema de financiación autonómica, que viene siendo discutido contra reloj por el Gobierno y con las comunidades autónomas afectadas, todas menos Euskadi y Navarra, y que podríamos ver aprobado a finales de enero, una vez que concluya la actual serie de conversaciones y terminen de cerrarse los últimos flecos de lo que Solbes llamó «sudoku» de difícil ajuste… Era importante, sin duda, que Aguirre «desactivara» la campaña en contra que ya había empezado a desarrollarse desde el propio PP, con declaraciones de la secretaria general, Dolores de Cospedal, quien había hablado de trato favorable a Cataluña sin conocer detalles del pacto en negociación. Desde el diario La Vanguardia se señala hoy que «Aguirre aproxima el acuerdo, al respaldar el nuevo modelo ideado en la Moncloa». Y en El Periódico de Cataluña, a su vez, se destaca que zapatero lograra ese apoyo de la presidenta madrileña «a un modelo inspirado en el Estatut», poniendo de relieve, asimismo, que la satisfacción de la presidenta de Madrid contrasta con las críticas de la dirección del PP. Se refiere a Cospedal, por cuanto Rajoy no ha dicho aún «esta boca es mía» en materia tan delicada como conflictiva… Pues bien, y en efecto, Aguirre se mostró complacida tras el encuentro con el presidente Zapatero, de quien dijo que le había garantizado un acuerdo para todas las Comunidades y no sólo con Cataluña. El criterio de población que se impulsa desde el acuerdo beneficia a Cataluña, Madrid y Andalucía, frente a las dos Castillas, Aragón o Asturias, según señala hoy algún diario que anticipa acontecimientos.
La otra razón del protagonismo de la presidenta madrileña es Caja Madrid. Ya se conocían sus intenciones de controlar en mayor medida la Caja de Ahorros regional. Estaba a la espera de hallar el momento más oportuno, y le llegó ayer. Cuando ya parecía que la tormenta sobre Caja Madrid amainaba. En ese momento preciso, y cuando ya se iba a cerrar el registro de la asamblea de Madrid, el PP presentó un completo grupo de enmiendas a la ley de acompañamiento de los presupuestos que será aprobada la semana que viene, y por cuya virtud se podrá imponer Esperanza Aguirre dio el golpe de mano definitivo para controlar el futuro de la entidad y tener en sus manos la continuidad de su presidente Miguel Blesa, el próximo septiembre, cuando cumplirá doce años de mandato. Interpretan todos los analistas de la actuación de Esperanza Aguirre que con su cambio de la ley de cajas, deja en sus manos la cuarta entidad financiera del país arrebatando al mismo tiempo cualquier posibilidad de control a su gran rival político, el alcalde de la ciudad, Alberto Ruiz Gallardón, que había ofrecido a Blesa su apoyo para seguir al frente de la entidad financiera.
No hay duda de que Esperanza Aguirre tiene genio y figura y que la acredita con frecuencia. Un mes después de su salida airosa del atentado de Bombay, sigue dando guerra, para disgusto de sus adversarios…
José Cavero.
