Consuelo Sánchez-Vicente – La muerte asimétrica


MADRID, 28 (OTR/PRESS)

Miramos las matanzas de Gaza y de Israel con tristeza e impotencia, sin saber que se podría hacer para ponerle el punto final a esta terrible sangría de pueblos y gentes inocentes, qué más habría que hacer… La impresión de que cada vez que uno de los planes de paz y hojas de ruta ensayados entre los palestinos y los judíos desde la fundación del Estado de Israel – de Madrid a Camps Davis, Oslo, Egipto, los demás – parecía a punto de caramelo para la paz, «alguien» lo ha reventado estrepitosamente, como un destino fatal. Casi siempre «alguien» de Israel, el más fuerte y con mejores padrinos: con occidente, siempre, como anfitrión de las voladuras del diálogo, por acción u omisión

Los Estados Unidos, hasta ahora, por acción: ya veremos si esto cambia con Obama. Estados Unidos por permitir -o mejor dicho: imponer- que, desde 1948, en toda su existencia, el Estado de Israel no haya cumplido ni una sola de las resoluciones de las Naciones Unidas para que salga de los territorios palestinos ocupados, siempre con su propio derecho a la seguridad como excusa, que no como razón; y, lo que es peor, siempre protegido por el paraguas del veto de los Estados Unidos de las sanciones -a veces las guerras- que la comunidad internacional impone con tanta alegría a los países que se saltan sus mandatos… cuando conviene a los intereses del gran baile mundial de máscaras, claro. O cuanto el «saltarín» carece de padrinos poderosos, o cae en desgracia, recuerden el Iraq de Sadam. Para los Palestinos, solo, como mucho, y solo a veces, Estados Unidos tiene… buenas palabras

Los demás, con la Unión Europea al frente y Liga Arabe como comparsa, por consentir. Por omisión. En el caso de la Unión Europea, que es el que nos toca más de cerca, por la omisión del deber de denuncia con la fuerza precisa, aunque sea moral, de esta injusta asimetría que ha permitido a Israel levantar ante nuestras propias narices el muro de la vergüenza de Gaza, la mayor prisión de cielo abierto de la historia de la humanidad, en realidad de la inhumanidad, para nuestra vergüenza. Algunos expertos empiezan a decir que el objetivo oculto pero firme de tanta muerte asimétrica es borrar a Palestina del mapa y dar paso al «Gran Israel» de los sionistas, y que las matanzas no pararán hasta que esa fantasía totalitaria sea realidad.

Me parece de locos pero es verdad que el castillo de la paz se derrumba cada vez que parece a punto de cubrir aguas. En cualquier caso, mientras tanto, ¡cuanta hipocresía! Mucho pañuelo palestino al cuello de los gobiernos progres, fashion total, pero mientras aquí basta un solo muerto en atentado terrorista para que clamen de horror, el terrorismo de Estado israelí mata a casi 300 civiles palestinos de una vez y… silencio institucional.

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