MADRID, 30 (OTR/PRESS)
Si dios no lo remedia, y no lo va a hacer, la luz subirá el 2 de enero un 3,4 por ciento de media. Lo que más sorprende de esta subida, al margen de lo que enfada, es que se ha tomado porque el Gobierno ha llegado a un acuerdo con el sector sobre el déficit tarifario, esa cosa dificilísima de entender y que nunca disminuye. Es decir que la subida podría no haberse producido si no se hubiera llegado a ese acuerdo, según dijo el propio ministro de Industria. La subida se ha hecho por lo tanto de forma aleatoria no porque sea ni necesaria ni imprescindible.
El asunto del déficit de tarifa tiene su miga. La venta que se nos hace es que en España no pagamos la energía lo que vale realmente producirla. Pero alguien se ha preguntado o nos ha preguntado, ya que pagamos una parte importante de ese déficit, si estamos de acuerdo en cómo se genera la eléctricidad en España. Resulta que dependiendo de su composición pagamos más o menos. Nadie ha abierto este debate nunca ni parece que vaya a hacerlo. Supondría hablar, por ejemplo, de energía nuclear y eso no es políticamente correcto. Pero si entraramos en ese asunto se abarataría el coste de la producción de energía y acabaríamos con el problema estructural del déficit tarifario, al menos en parte. Deberíamos además entrar a debatir si las empresas del sector tienen beneficios y reparten dividendos ¿cuándo tenemos que pedir que mejoren las redes de distribución para que no haya apagones y subidas y bajadas de tensión continúas?
Lo demás son fuegos de artificio, paños calientes. El Gobierno no quiere entrar en este asunto en la idea de que le podría hacer perder votos. Pero son ya muchos los que sí quieren hablar de estos asuntos si lo vamos a pagar.
Carmen Tomás.
