MADRID, 5 (OTR/PRESS)
Se nos ha anunciado un año nuevo tan fúnebre y crítico, que muchos ciudadanos se han felicitado con el «feliz 2010», saltándose el nueve, o con el «Merry Chryssis…» Y sin embargo, para empezar este año, hay algunos datos no necesariamente infelices ni faltos de promesas de buenas realidades futuras. Por ejemplo, he tenido oportunidad de hablar con el presidente de Faconauto, la Federación de Asociaciones de Confesionarios de Automoción, Antonio Romero Haupold. Le querido confirmar con él los buenos augurios que tiene para este mismo año, y exactamente para apenas comenzado el segundo semestre. Dice el señor Romero, desde su representación de los concesionarios de automoción, que agrupa a 170.000 empleados de 3.200 empresas en toda España, que el repunte del sector, uno de los mçás serios y graves, junto con el de la construcción, llegará en junio. Exactamente, en esa segunda mitad del año, no solamente se recuperará el sector, sino que hará de locomotora del resto de la economía. Eso sí, hasta llegar a ese comienzo de un repunte feliz, Romero anuncia que el sector se propone despedir veinte mil de esos mencionados 170.000 empleados, precisamente para salvar el empleo de los restantes 150.000. Reclama Romero Haupold ayudas directas, y reclama la colaboración de la banca, que en estos momentos no está siendo muy receptiva…
Una segunda buena noticia del momento es, qué duda cabe, la inflación, aunque traiga consigo una causa ciertamente nefasta. La inflación ha terminado 2008 en el 1,5 por 100, formidable dato. Salvo que se llega a él por causa de la inactividad generalizada de consumo y buena parte de la industria. «Cuando el burro se terminó de acostumbrar a no comer, se nos murió», decía un refrán gallego. Y, en efecto, algo de eso hay: de la inactividad e inacción se ha pasado a la inmovilidad y al crecimiento de precios prácticamente nulo. Y en esas seguiríamos si los servicios -teléfonos, luz, transporte público de autobuses y metro, Renfe…-, no hubieran tenido «la ocurrencia» de subir sus tarifas a comienzos de este año el doble, el triple o cuatro veces lo que la inflación de 2008. Hay quien, ni siquiera en la paralización general que trae consigo la crisis, quiere bajarse de sus insultantes beneficios…
Tercer buen dato del momento, con el que también da comienzo este nuevo-nefasto año: La confianza de los consumidores mejoró ligeramente en diciembre, dos décimas respecto a noviembre, aunque acumula una caía de casi 24 puntos en el conjunto del año. Según el Indicador de Confianza del Consumidor publicado por el Instituto Oficial de Crédito (ICO), el índice de confianza se situó en diciembre en 48,9 puntos, frente a los 48,7 del mes anterior. Esta leve mejoría se debe al incremento de 1,5 puntos del indicador de la situación actual, que compensó el retroceso del de expectativas, que cayó 1,1 puntos. Y todavía otro buen dato para el consumidor, que también deberá tomarse en el contexto de la severísima crisis con la que terminó 2008 y comenzó 2009: El precio medio de la vivienda nueva en las capitales de provincia cayó el 6,6% en 2008 hasta situarse en los 2.712 euros por metro cuadrado construido, informó la Sociedad de Tasación (TS). De acuerdo con el informe de esta empresa privada, de referencia en el sector, el precio de la vivienda cayó en todas las capitales de provincia el pasado año, si bien en 10 de ellas los precios bajaron más del 7%, en tanto que en otras 22 el descenso estuvo entre el 5 y el 7%, y en las 18 restantes se situó entre el 0 y el 5%. No hay duda de que una sustancial rebaja del precio de los pisos es la primera condición para que el sector pueda reanudar su actividad, prácticamente paralizada en el último semestre, sin apenas compras ni ventas, por dos razones: porque no se sabe aún hasta qué punto seguirán bajando esos precios, y por la escasísima y casi nula colaboración de la banca a la hora de conceder préstamos hipotecarios a los eventuales compradores de nueva vivienda…
Hay, por consiguiente, alguna y «contenida» buena noticia económica… O atisbo de tal.
José Cavero.
