Antonio Casado – ¿Quién teme a Rosa Díez?


MADRID, 7 (OTR/PRESS)

Es lugar común describir el relativo éxito político de Rosa Díez (UPyD) como un fenómeno muy de Madrid. «De Tele-Madrid, para ser precisos», apostillará inmediatamente José Blanco, número dos del PSOE. Y puestos a precisar, había que hacer extensiva a «El Mundo» y la COPE la sindicación pro-Rosa Díez como trasunto de la sindicación contra ese Rajoy que en el último congreso nacional del PP decretó un golpe de timón a la busca del centro perdido.

En esas coordenadas se localiza el malestar del sector del PP que ha visto en Rosa Díez la percha donde colgar a partir de ahora el voto de castigo al Rajoy. Ruidosa facción política y mediática de la derecha contrariada por el frenazo a Esperanza Aguirre después de la derrota de marzo -la de Rajoy ante Zapatero-, el desalojo de Acebes y Zaplana, y el ejercicio de una oposición al Gobierno demasiado condescendiente.

Todo eso explica el trato de privilegio que Rosa Díez y su partido reciben en los medios citados. «El Mundo», por ejemplo, se regodeaba en su primera plana, hace unos días, en el dato de una de sus encuestas, según el cuál Rosa Díez ocuparía el segundo lugar, detrás de Zapatero, en el ranking de valoración de líderes. Una forma de menospreciar a Rajoy, aunque a esta ex militante socialista también la utilizan dichos medios para fustigar al PSOE. Es a todas luces un trato de impostado privilegio a una representante de 300.000 votantes frente a los 10 millones del PP, o los 11 del PSOE.

A Rosa Díez le acompaña la ambición política -legítima, por supuesto-, que lleva en los genes. Sin embargo, le afean las contradicciones que lleva en la biografía. A la hora de caracterizarla no sabría si quedarme con la Rosa Díez del «Ven y Cuéntalo» -desde un Gobierno en coalición con nacionalistas- cuando Eta mataba a mansalva, o la Rosa Díez que trataba de traidor a Zapatero -por negociar con Eta-, en la época de menos actividad criminal de la banda terrorista.

Esta Rosa Díez es quien ha condicionado la designación del candidato del PP a las próximas elecciones europeas. Al elegir finalmente a Jaime Mayor Oreja, Mariano Rajoy trata de taponar la fuga de votos hacia el partido de aquella, amén de usar al ex ministro como blindaje de su liderazgo frente a los predicadores del alba y el sector radical de su partido.

En todo caso, la apuesta de Mayor Oreja para las europeas es una mala noticia para Rosa Díez, en la que los desencantados seguidores de Mayor Oreja -desencantados de Rajoy, se entiende- habían encontrado una opción de voto a la contra del PP por castigar al marianismo. Ahora perderán el pretexto para distraer sus votos en la llamada Unión para el Progreso y la Democracia (UPyD).

Antonio Casado.

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