Julia Navarro (2) – Escaño Cero – El smoking de Chacón


MADRID, 7 (OTR/PRESS)

El primer calificativo que se me ocurre es el de «frívolos» para todos aquellos que parecen no tener otra cosa de que ocuparse que de la vestimenta de la ministra de Defensa, Carme Chacón, durante la celebración de la Pascua Militar. Por eso he dudado en si escribir o no este artículo, para no contribuir a un debate pueril, pero al final no soy capaz de contener mi indignación ante lo que me parece un dislate y es que lo importante de la Pascua Militar no parecen ser las palabras del Rey o de la propia ministra, sino si está vestida adecuadamente o no.

Que en este país quedan muchos resabios machistas es evidente, y éste es un caso claro, al convertir en objeto de polémica, trasladada a los medios, las características de la vestimenta, el maquillaje y el peinado de la ministra. Yo, la verdad, confieso que no salgo de mi asombro. Para cualquiera que tenga dos dedos de frente es evidente que Carme Chacón iba «correctísimamente» vestida para la ocasión. Iba sobria, moderna y elegante. En cuanto al maquillaje o al peinado me resulta insólito que se atrevan a criticárselo. Nunca he leído ninguna crónica, ni escuchado ninguna crítica, sobre si los políticos combinan bien el color de los calcetines con los zapatos, o si sus corbatas son llamativas o sosas, mucho menos claro si les sienta bien el tupé o se han aclarado las canas, por no hablar de cómo algunos líderes políticos, de derechas y de izquierdas, cuando hay debates importantes en el Parlamento que saben van a ser retransmitidos, acuden discretamente maquillados. Pero no, sobre el aspecto de ellos jamás hay comentarios. Al igual que en la mili el valor se supone, en cuanto a vestimentas masculinas, nadie osa cuestionarlas.

Carme Chacón es una mujer bastante sobria en su comportamiento político. Yo diría que cuida al milímetro su carrera procurando dar pasos cortos pero seguros y la prueba es que en poquísimo tiempo ha hecho una carrera meteórica, y que se sepa aún no ha metido la pata, o al menos no ha cometido errores de bulto. Y claro, como todos, y cuando digo todos me refiero a hombres y a mujeres, procura tener un aspecto agradable, aunque en su caso, ya digo, siempre opta por la sobriedad. Pero mire usted por donde, algunos cotillas estaban esperando a la ministra en la Pascua Militar, deseando ver si vestiría de largo, y cómo sería el modelo elegido. Y Chacón les ha desconcertado presentándose de riguroso negro, pero eso sí, en pantalón. Su otro pecado, pues que en vez de llevar el pelo suelto lo llevaba recorrido. Y puesta a pecar, incluso se había maquillado, o quizá al llevar el cabello recogido el maquillaje se le notaba más.

El caso es que Carme Chacón se convirtió en la «comidilla» de la Pascua Militar. En mi opinión, la ministra está demostrando ser una política con consistencia suficiente para estar donde está. No sé si mañana meterá la pata, pero hasta el día de hoy, insisto, su carrera política ha estado exenta de cualquier seña de frivolidad o histrionismo. Asistió correctamente vestida a la Pascua Militar, moderna, sí, pero correcta, de manera que convertir en objeto de polémica su smoking son ganas de hablar por hablar. O a lo mejor de algo peor.

Julia Navarro.

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