Esther Esteban – Más que palabras – Lo que el paro esconde


MADRID, 9 (OTR/PRESS)

La cifra es demoledora y da vértigo pensar que en el último año se han destruido en España nada menos que un millón de puestos de trabajo con lo que tenemos el record más nefasto de toda Europa. Se ha dicho estos días que un aumento tan brutal no se conocía en el viejo continente desde 1933 en Alemania, con lo que la situación de nuestro país trasciende, y con mucho, el síntoma propio de una etapa de recesión internacional.

Afirmar que detrás de esa cifra de 3.128.963 parados se esconden tres millones de dramas personales, puede resultar una obviedad pero seria intolerable analizar el asunto sin individualizarlo en personas con circunstancias individuales y, en muchos casos, dramáticas. La foto fija de las épocas de vacas flacas es, sin duda, las colas del paro. En ella no hay distingos de clases sociales, ni de nacionalidades, ni de profesiones. En ellas no hay ricos, todos son pobres o supervivientes y cada uno esconde un drama personal inimaginable.

Las colas del paro unifican a todos y presentan la peor cara de las dificultades de un país. Habría que remontarse a 1977 para encontrar una situación similar y por mucho que se maquillen los datos, no parece -aunque que el presidente Zapatero eche mano de su optimismo antropológico- que las cosas puedan mejorar sino al revés. Lo que el paro esconde son situaciones terribles, provoca incertidumbre, angustia, desesperación y sobre todo desesperanza. Se desconfía de uno mismo -aunque tengas claro que eres una victima más absolutamente aleatoria de la situación-, se desconfía de los empresarios, de los políticos y del sistema y del país . y se buscan respuestas que no encuentras por ningún lado. Durante el mandato de Zapatero, es decir, en los 1.730 días que lleva como inquilino de la Moncloa, se han producido 572 parados al día., mientras que en la actual legislatura la media diaria ha subido a 3.066 personas.

Es lógico que al presidente estas cifras le quiten el sueño y supongo que la procesión irá por dentro, aunque en sus comparecencias ante la opinión publica siga fijando en la primavera el repunte y fije su objetivo en la realización de obra publica. Sin minimizar la importancia de la misma y lo que ello supone para reactivar la contratación pretender que esto es el bálsamo de «fierabrás» no solo es un exceso sino también una grave irresponsabilidad.

Que nuestro país siga ostentando el triste record de Europa en nuevos desempleados no es que haga encender las alarma, es que nos sitúa en la línea roja. ¿Donde están las grandes mentes pensantes españolas que se atrevan a apostar por formulas arriesgadas aunque sean políticamente incorrectas para un socialista?.¿Por qué a este lado del Atlántico se demoniza la bajada de impuestos cuando en EE.UU el presidente electo Obama ya ha anunciado, sin despeinarse, que bajara los impuestos y pondrá en marcha medidas drásticas para luchar contra la recesión aunque sean impopulares o alguien las sitúe ideológicamente a la derecha.?

Será, como dicen algunos, que nuestra democracia está aún en la adolescencia, aunque yo creo que el problema esta en la altura de mira y el sentido de Estado de nuestros políticos. Eso es lo que aquí falla: el partidismo chusquero, de medio pelo y mediocre de los dos grandes partidos destinados a gobernar. Esther Esteban.

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