Carmen Tomás – Desde el parqué – Parecía, pero no


MADRID, 10 (OTR/PRESS)

La bolsa española intentó durante algunas jornadas iniciar un camino más positivo. Había ganas de dar un giro a lo que ha sido un año 2008 para olvidar. Sin embargo, los datos conocidos sobre la evolución de la primera economía del mundo y de la eurozona no dan tregua. Mucho paro, recesión y precios bajos. Además, las empresas comienzan a presentar adelantos de sus cuentas que no son precisamente para sacar pecho. Así que la alegría duró poco en la casa del pobre, y en la semana el IBEX se deja un 1,13 por ciento y cierra en casi 9.400 puntos.

En todo caso, hay que tener en cuenta que los pocos días de subida fueron un espejismo, entre otras cosas porque se produjeron los avances apenas sin volumen. La realidad del mercado es para los analistas muy distinta. En su mayoría, ven a la bolsa bajista. Esto quiere decir que podemos volver a ver de nuevo mínimos. Algunos se van incluso en sus previsiones hasta los 6.000-6.500 para ¡vaya usted a saber cuándo! recuperar tono y empezar una escalada.

Los pronósticos para la bolsa no son buenos, como no lo son para la economía. Atrás se han quedado ya muchas de las previsiones de hace apenas semanas. España tiene en cifras oficiales más de 3.100.000 parados -podríamos estar en cerca de cuatro millones si contamos autónomos, demandantes de primer empleo y parados en formación-, estamos en decrecimiento económico, la producción industrial ha caído a niveles que no se veían desde la anterior crisis, el consumo está por los suelos y las expectativas en el subsuelo. Hay por delante un camino largo que se irá prolongando a medida que el Gobierno siga en ese mundo que se ha fabricado y que quiere que nos creamos, en el que ahora es marzo el momento elegido para que las cosas cambien, porque lo dice Zapatero.

Mientras, seguimos sin medidas eficaces de recorte del gasto superfluo, de corrección de los desequilibrios en el mercado laboral, energético y una política educativa de país serio. Pero no. La apuesta son las pequeñas obras que puedan ir haciendo los ayuntamientos con los famosos 8.000 millones, endeudarnos hasta las cejas y esperar a que de nuevo la suerte acompañe a Zapatero y la crisis se esfume. De la Vega nos ha dado la clave de la política económica del Gobierno «año de nieves, año de bienes».¿Para qué hacer nada? La providencia se encargará. Carmen Tomás.

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