Julia Navarro – Escaño Cero – La guerra del autobús


MADRID, 14 (OTR/PRESS)

No hay nada más peligroso que un fundamentalista. Lo malo es que hay fundamentalismos de todo tipo y condición, no solo el fundamentalismo es religioso aunque todos los fundamentlismos terminan siendo religión. Ahora mismo hay asociaciones de ateos que han decidido gastarse el dinero en anunciar en los autobúses que Dios no existe. Los ateos británicos han sido los primeros en poner en marcha esta campaña que inmediatamente ha sido copiada por los ateos españoles ¡faltaría más¡.De manera que en ciudades como Madrid y Barcelona ya circulan autobúses con un reclamo publicitario en que se dice que como Dios no existe lo mejor es disfrutar de la vida.

Y mire usted por donde la Iglesia Evangélica ha decidido dar respuesta a estas asoaciones de ateos que publicitan su fé firme en la inexistencia de Dios, con otra campaña publicitaria también en los autobuses en las que aseguran que Dios sí existe, y que hay que disfrutar la vida en Cristo.

La verdad sea dicha los usuarios de los autobuses pasan olímpicamente de ambos eslóganes. Bastante tiene la gente con tener que afrontar todos los días los múltiples problemas de la vida, ya sea la crisis económica, una enfermedad, los disgustos que dan los hijos, una discusión con la pareja, la pérdida de un amigo….De manera que la gente se sube y se baja de los autobuses sin apenas fijarse en la publicidad que éstos llevan en los flancos. Pero la cuestión de fondo es que vivimos rodeados de toda clase de fundamentalistas, y todos ellos hacen de sus obsesiones una religión. Evidentemente hay muchas clases de ateos, hay grandes pensadores que han escrito obras magistrales sobre el sentido de la vida, su creencia en la ausencia de ninguna divinidad, la moral natural y la moral impuesta, etc,etc,etc.

Y hay otro tipo de ateos que son los tienen una obsesión pueril con Dios. Son los que han hecho de su ateismo una nueva religión, y hacen proselitismo incluso desde los autobuses. Porque ya me dirán si no es proselitismo gastarse el dinero en difundir a los cuatro vientos que no según ellos no hay Dios. Luego está la segunda parte de su mensaje, en que dicen que como no hay Dios hay que divertirse sin preocuparse de nada.

Yo no sé si éste tipo de ateos fanatizados por su fe en el ateismo creen que los creyentes lo pasan fatal, son incapaces de divertirse y de disfrutar de la vida. Vamos, que no sé en que mundo viven éste tipo de ateos, porque parecen pensar que creer en Dios impide ir al cine, a leer un libro, bailar, viajar, enamorarse, soñar… Tampoco entiendo la reacción de algunas personas y asociaciones que dicen sentirse ofendidas por la campaña ateista. A mi personalmente la campaña ateista me da igual, incluso me produce risa y una cierta ternura por ese afán religioso y por tanto proselitista de éste tipo de ateos que quieren convencer a los ciudadanos para que dejen de creer.

Todo éste asunto me parece pueril, y me parece que así lo ve la mayoría de la gente, que muestra absoluta indiferencia por los mensajes de unos y de otros. Creer en Dios, dudar de su existencia, o no creer en nada, son asuntos que han preocupado a los hombres a lo largo de los siglos, y tienen demasiada importancia como para prestar atención a quienes quieren reducirlo a un show publicitario en una u otra dirección. Ya digo que personalmente no me molesta ver autobuses con uno u otro reclamo, simplemente pienso que vivimos en una sociedad donde hay mucha gente tiene dificultades objetivas, donde la injusticia es el auténtico mal, y que gastar tiempo, energía y dinero, en proclamar la inexistencia o existencia de Dios desde un autobus, me parece lisa y llanamente toda una lección de insustancialidad.

Julia Navarro.

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