Fernando Jáuregui – No te va a gustar – Lo que esperamos de Obama


MADRID, 20 (OTR/PRESS)

Sé que nos decepcionará en algo, que habremos de criticar muchas de las cosas que haga, que intentaremos que llegue hasta donde no será capaz de llegar, pero así es la cosa: solamente le estamos pidiendo que cambie el mundo. Fácil.

Pero nadie lo hará, nadie cambiará el mundo, si no lo puede hacer él, que llega aupado por el entusiasmo y el apoyo de toda la humanidad. Perderíamos todos, comenzando por el propio Obama, la oportunidad del siglo de arreglar tantas cosas que no nos gustan.

Y no digo yo que Obama abandone a Israel, pero que no se abandone en brazos del lobby judío. Ni digo que se entregue al castrismo, pero que no entregue al pueblo cubano a la miseria a la que le condenó el bloqueo decretado por la ley Helms-Burton. Ni siquiera sugiero que deje a sus anchas (y en paz) a los iraquís, sino que ayude a la reconstrucción de Irak, el país que Bush destruyó. Puede que no encuentre una vía de diálogo con el injusto régimen de Teherán, pero al menos que lo intente y no divida, así, tan simplemente, al mundo en «buenos» y «malos», como ha hecho su antecesor. Que no se olvide, solamente que no se olvide, de que Africa también está habitada, y lo está por gentes que lo necesitan todo.

Que a España la considere un aliado, no un súbdito; a Europa, una prolongación de Occidente con la que hay que cooperar, no a la que hay que subyugar.

Y que, ya que vamos a revisar algunos postulados del capitalismo instaurado en Bretton Woods, que ayude a que lo hagamos procurando instaurar algo más de equidad, de justicia y de vigilancia sobre los inevitables tiburones que, gracias a la miopía de la Administración Bush (entre otros factores), nos han apestado la tierra.

Esta no es una carta a los reyes magos: es una voz más surgida de entre el clamor que, me parece, va en el mismo sentido: muchos más millones de los que hayan asistido a la toma de posesión en Washington. Mucha gente que cree posible el cambio, que no piensa que las administraciones republicana y demócrata tienen que ser casi necesariamente lo mismo a la hora de contentar a la más profunda de las américas profundas, que ya se ve que no tienen, al final, tanta profundidad. Llegó a la Casa Blanca diciendo «se puede» y nosotros creemos que sí, que se puede, que la única manera de hacer eso, cambiar el mundo, es aferrándose a la utopía.

Y ¿por qué no?

Fernando Jáuregui.

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