Antonio Casado – Gaza, en la agenda de Obama


MADRID, 21 (OTR/PRESS)

Espero que Barack Obama sea más explícito en sus primeras decisiones que en su discurso del martes, inmediatamente después de prestar juramento como presidente número 44 de los Estados Unidos de América. Asuntos urgentes para demostrarlo no le van a faltar. Por ejemplo, la crisis económica, el cierre de Guantánamo y la masacre de Gaza.

El citado en tercer lugar, como la más reciente manifestación de un conflicto crónico, el de Oriente Próximo, es probablemente el que más está reclamando alguna iniciativa inmediata del nuevo inquilino de la Casa Blanca. Al menos para saber si detrás del alto el fuego de Israel, correspondido esta vez por Hamas, hay alguna esperanza de arreglo.

De momento, todo parece indicar que estamos en lo de siempre: la utilización de la fuerza militar por parte de Israel para reforzar sus posiciones negociadoras. De ese modo, la ofensiva sobre Gaza habría sido el paso previo a un eventual ejercicio de la generosidad a cuenta de las posiciones logradas por la vía militar. La esperanza es que Obama rompa de una vez por todas esa dinámica.

Visto así, el reciente algo el fuego en Gaza no se debe a un gesto benemérito del Gobierno israelí. Tampoco es el resultado de una operación diplomática de altos vuelos a escala internacional, como podría parecer a la vista de la foto de líderes árabes y europeos en el balneario egipcio de Sharm el Sheij. Nada de eso. Simplemente, se debe al hecho de que Israel ya ha cubierto los objetivos de la operación según el programa previsto, cuyo cierre estaba calculado para las vísperas de la toma de posesión de Obama.

Lo demás es episódico, incluida esa patética advertencia de Hamas de que sólo aceptaba el alto el fuego bajo la amenaza de reanudar sus ataques (lanzamiento de cohetes Qassam sobre territorio israelí) si Israel no se retiraba de Gaza en el plazo de una semana. Me imagino la sonrisa del ministro de Defensa de Israel, Ehud Barak, ante semejante amenaza, después de la brutal desproporción de fuerzas en conflicto que acabamos de comprobar sobre el terreno.

La constatación de que Israel ha llevado a cabo una ofensiva perfectamente calculada en el calendario supone también atribuir a Barack Obama el conocimiento de la misma ¿Alguien puede pensar seriamente que Obama no había sido informado de los planes militares israelíes?

Por todo lo cual, será muy interesante conocer los primeros pasos de Obama respecto a este conflicto para hacernos una idea de si realmente tiene intención de practicar una cierta simetría en Oriente Próximo, aunque sólo sea por acercarse a Teherán, o si va a permitir que Israel siga haciendo lo que le da la gana, al margen de la legalidad internacional.

Antonio Casado.

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