MADRID, 21 (OTR/PRESS)
Carme Chacón logró ayer (por hoy) el apoyo de todos los grupos, excepto IU (que mantiene frente a estos temas actitudes muchas veces anacrónicas), para el desplazamiento de trescientos noventa y cinco militares que participarán en la lucha contra la piratería en las aguas de Somalia. Conviene recordar que España es el país europeo con la mayor flota pesquera faenando en esas aguas trufadas de piratas y que los pescadores, en su mayoría de cofradías vascas como el Playa de Baquio que fue brutalmente secuestrado, han pedido reiteradamente ayuda al Gobierno.
Fue España quien impulsó ante la UE la llamada «Operación Atalanta» contra la piratería en aguas de Somalia. Hubiera sido un auténtico dislate que ahora las fuerzas políticas no hubieran autorizado el envío de tropas para participar en la operación, decidiendo dejar en manos de los europeos la defensa de los intereses estratégicos y económicos de nuestro país.
La misión no va a ser fácil ni exenta de riesgos. Somalia es hoy uno de los puntos estratégicos más peligrosos del globo. En este momento trece bracos de distintas nacionalidades permanecen secuestrados y más de doscientos marineros están en manos de los piratas. Las cifras de capturas de barcos este año triplican las de 2007.
La legalidad internacional no puede dejar que los piratas se adueñen de las aguas del Indico y hagan intransitable un ruta imprescindible del tráfico marítimo por donde circula, además, gran parte de la ayuda internacional para Africa.
A bordo de la fragata Victoria zarparán de la base de Rota este viernes los primeros doscientos militares acompañados de un buque de aprovisionamiento. Será entre abril y agosto cuando España asuma el mando de la misión de la fuerza naval europea; momento en el que se dará el mayor despliegue de medios humanos y materiales y que coincidirá con el de mayor actividad de la flota pesquera vasca en la zona.
Cuando Gaspar Llamazares argumentó ayer (por hoy) que veía «luces y sombras» en esta operación y que su grupo se abstendría, alguien comentó que las luces y las sombras eran las que proyectaban las bengalas con las que los pescadores trataban de defenderse de las armas automáticas de los piratas.
Si no se frena el lucrativo negocio de la piratería pronto se extenderá a Eritrea, Yemen, Sudan y posiblemente a Kenia, y el Derecho Marítimo Internacional será papel mojado.
Victoria Lafora.