Cayetano González – Escándalo en Madrid


MADRID, 22 (OTR/PRESS)

El espionaje al que han sido sometidos en los últimos meses dos altos cargos de la Comunidad de Madrid -el Vicepresidente Ignacio González y el ex -consejero de Justicia, Alfredo Prada- así como el Vicealcalde del Ayuntamiento de la capital y mano derecha de Gallardón, Manuel Cobo, exige una investigación, clarificación y depuración de responsabilidades, incluidas por supuesto las políticas, a que hubiera lugar.

No es tolerable ni sobre todo legal que en un Estado de Derecho se vigilen y se hagan seguimientos a ciudadanos, sean cargos políticos o no, si no hay un mandamiento judicial por medio. En este caso del espionaje madrileño, los ciudadanos tienen derecho a saber quien ordenó esos seguimientos, a quien se reportaban los informes que estos servicios parapoliciales realizaban sobre las personas vigiladas y con que dinero se ha financiado esta actividad ilegal.

Quien más interés debería tener en clarificar todo lo que está trascendiendo a la opinión pública es el partido al que pertenecen las personas espiadas, porque en caso contrario siempre se podrá sospechar que todo forma parte de la batalla personal y política que desde hace tiempo mantienen los dos «puntas de lanza» que el PP tiene en Madrid, Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón. Ambos aspiran, lo cual es legítimo, a suceder a Rajoy en el supuesto que este tenga que abandonar los mandos de la nave popular tras las próximas citas electorales en el País Vasco, Galicia y Europa.

Esa pugna Aguirre-Gallardón se ha trasladado también al control de Caja Madrid, la cuarta entidad financiera de España, ya que la Presidenta de la Comunidad quiere el relevo de su actual presidente, Miguel Blesa, y el Alcalde apuesta por su continuidad. El «espectáculo» de intromisión política en el proceso de renovación de los órganos de gobierno de la citada Caja y más concretamente de la continuidad o no de su Presidente, está resultando, se mire por donde se mire, patético y bochornoso, aunque ahora nadie debería de rasgarse en exceso las vestiduras, porque en todas las Cajas de España el control del poder político es enorme. Lo que sucede es que en el caso de Caja Madrid se está actuando sin ningún pudor.

Si el espionaje a González, Prada y Cobo está relacionado con la situación de Caja Madrid o con la crisis que vivió el PP después de las últimas elecciones generales es algo que deberá determinar la investigación que se tiene que llevar a cabo. Pero que todo lo que está sucediendo perjudica no solamente a los directamente afectados, sino al propio Rajoy, es algo que salta a la vista. Por lo que parece, el actual presidente del PP vuelve de nuevo a ponerse de perfil ante un doble escándalo -espionaje y mangoneo político en Caja Madrid- mostrándose incapaz de poner un poco de orden. Y así es muy difícil que se gane la confianza de los ciudadanos que con lógica pensaran que no se puede poner el gobierno de España en manos de quien no es capaz de mandar y resolver los problemas en su propia casa.

Cayetano González.

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