Charo Zarzalejos – Un poquito mejor


MADRID, 22 (OTR/PRESS)

De Obama, presidente de Estados Unidos, aún se escribirá mucho y durante una larga temporada raro será el día que no ocupe las portadas de informativos y periódicos. No es para menos. Aunque en su magnífica toma de posesión hubiera estado callado, la foto de una familia negra en la Casa Blanca, en si misma, es el cambio.

En cuestión de horas, el hombre más poderoso del mundo ya ha tomado algunas decisiones: congelar sueldos, abrir la que es ya su casa a los ciudadanos y ponerse manos a la obra para cerrar Guantánamo, ese horrible limbo jurídico que por serlo ha permitido atrocidades contra detenidos que después de años continúan siendo sospechosos. El trámite que permita afirmar que este capítulo está cerrado no será corto pero la decisión está tomada y el camino se ha iniciado. Se ha iniciado el camino que permite pensar que hoy ya el mundo es un poquito mejor.

Nada más obvio que la obligación de cualquier democracia que la de defenderse de sus enemigos y nada más necesario que poner en valor aquellos principios que permiten la libertad de pensamiento, de creencias y de movimientos frente a quienes los desprecian. Pero toda esta grandeza que tienen en si mismas las democracias occidentales se hace añicos cuando, en aras de una supuesta eficacia, se trata a los supuestos criminales o incluso criminales convictos y confesos como ellos tratan a sus víctimas: con desprecio, sin una pizca de compasión, con desprecio vomitivo a sus más elementales derechos. El paso dado por el Presidente Obama era un paso necesario y urgente.

Tan necesario como escuchar de su voz que no van a pedir perdón por su estilo de vida, llegando a emplear el término «derrota» para quienes atenten contra él. Y digo esto porque más de uno ha llegado a pensar que Obama, a su estilo, llegaría a proponer una Alianza de Civilizaciones. Y no lo ha hecho. Ha pedido respeto mutuo al mundo musulmán que, en el fondo, es la única receta posible y deseable. Ojalá pueda Obama llevar al presidente de Irán a la convicción de que no se puede encarcelar a dos médicos que investigaban soluciones para el SIDA y esto por poner sólo un ejemplo de los horrores que aún tienen cabida en este mundo y que se llaman hambre, tortura, y, desde luego, pena de muerte vigente y aplicada en no pocos estados americanos.

La crisis económica es lacerante. Tiene los ánimos generales absolutamente encogidos. El dinero tiene miedo y los ciudadanos quizás más. Pero no sólo de pan vive el hombre por eso es bueno y además necesario que aquellos que tienen poder, que realmente tienen capacidad de influencia y de control abogen y trabajen por intentar que el mundo sea un poquito mejor. Para ello , sin duda, es necesario dinero que ahora escasea, pero la inversión es de las que merece la pena. De la crisis, tarde o temprano, se saldrá pero si a la salida del túnel nos encontramos con los mismo que había cuando el túnel se inició, habrá, eso sí, más fortaleza financiera, e incluso más empleo si descansa sobre un mundo mejor, sobre ciudadanos buenos en el buen sentido de la palabra.

Charo Zarzalejos.

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