MADRID, 24 (OTR/PRESS)
¿Alguna vez sabremos quién y qué está detrás de la trama de investigadores o espías de la Comunidad de Madrid que han realizado el seguimiento de Ignacio González, Manuel Cobo, Alfredo Prada, y verosímilmente, Miguel Blesa? Es difícil de creer, por mucho que se han puesto en marcha dos vías de investigación paralelas: las del fiscal jefe de Madrid, Manuel Moix, de un lado, y la del PP, de otro, ésta última encargada a la secretaria general del partido, Dolores de Cospedal. El mismo periodista que nos ha ido proporcionando desde «El País» las eventuales andanzas de esos seguidores o imitadores de «Mortadelo y Filemón», como los definió Rubalcaba, nos explica que la investigación interna del PP se está reduciendo a llamadas telefónicas. Cualquiera puede imaginarse los eventuales diálogos de Cospedal con sus sospechosos: «¿Has sido tú?», estará preguntando la entrañable y cándida secretaria general…
Unicamente la aportación periodística de cada día nos proporciona alguna novedad: también fue investigado el director de seguridad de la Consejería de Justicia, Juan Carlos Fernández, que había colaborado con el cesado Alfredo Prada, del que era hombre de confianza, y a quien fueron requisados documentos y el ordenador personal, «donde supuestamente figuraban algunos dossiers patrimoniales de consejeros». Posiblemente nos hayan procurado la parte más suculenta y morbosa de la información: ¿Prada y su colaborador «sabían demasiado» del patrimonio de algunos otros consejeros de Aguirre? ¿Tenía algo que ver el viaje pagado a Cartagena de Indias y Suráfrica, de Ignacio González, de muy elevado coste y realizado con un empresario «amigo»? Tal vez el incremento que algunos juzgan inexplicable del patrimonio de alguno de los consejeros reclame atenciones suplementarias a los investigadores…
Lo cierto es que en el PP se investiga, y que a Cospedal le ha correspondido preguntar a su antigua jefa Aguirre si tiene algo que ver con «los crímenes» de los que parece sospechosa. Aguirre, como a los periodistas que le han hecho la misma pregunta, ha contestado que nada sabe del asunto. «Cómo no la voy a creer», dice Cospedal de Aguirre, haciendo gala de total presunción de inocencia. No falta quien, sin embargo, sospeche que Rajoy no tiene más remedio que entregar «una cabeza», por lo menos una. En «La Vanguardia» se especula con la posibilidad de que pudieran ser Ignacio González o Francisco Granados, parece que hoy dos severos contrincantes entre sí… «ABC» también sospecha que «Rajoy actuará de forma fulminante si algún cargo espió»…
De momento, y a la espera de nuevos capítulos del «serial periodístico», que ya se nos anuncia, tendremos que resignarnos a que la cuestión de las responsabilidades y razones ocultas transite por las aguas de la especulación y las sugerencias. De momento, sí se sabe que en los círculos próximos a Aguirre no ha sentado nada bien el anuncio de investigación interna, aunque haya la seguridad de que de ella no saldrá nada revelador. Este fin de semana hay reunión de la dirección del PP madrileño, el Primer Foro de Militantes, con intervención de Aguirre, Gallardón, Rajoy… Todos juntos, felices y sonrientes. El caso no parece ir con ellos…, sobre todo porque se prepara un tiempo de campaña electoral, y nada puede haber tan contraproducente como el escándalo de la división interna y las puñaladas entre correligionarios.
José Cavero.
