Consuelo Sánchez-Vicente – Frente al espejo


MADRID, 27 (OTR/PRESS)

Si la cara es el espejo del alma, las caras de los cien ciudadanos del «Tengo una pregunta…» para el presidente Zapatero del lunes en TVE son el espejo del alma de este país. Gestos, más que serios, graves, desilusionados más que tristes, o tristes además de desilusionados, y un escepticismo helador, como de desesperanza en la política, miraban al primer dirigente político nacional desde aquellos cien pares de ojos muy abiertos, como miramos cuando queremos escuchar además de ver… Como seguramente miran los anuncios por palabras de la prensa los parados de la lista creciente de esta crisis que se veía venir, y todos vimos venir – el Gobierno también, que dejen ya de mentir, por favor – desde muchísimo antes que el hombre situado frente al espejo de todas aquellas miradas, espejo a su vez de los seis millones de telespectadores que siguieron el programa: nuestro presidente del Gobierno, aceptase simplemente llamarla por su nombre. Porque, hasta eso le costó

Había elecciones, y luego dejó de haberlas, y ahora las vuelve a haber… La diferencia entre la actitud altanera de antes y la humildad de ahora la marca la «obamanía», aunque solo a medias. Me gustó que, lo mismo que ha hecho Obama, el presidente Rodríguez Zapatero pidiese ayuda y un esfuerzo hombro con hombro a los ciudadanos y a la oposición, y que admitiese que solo el gobierno poco puede… Pero eché de menos que, además, en vez de empecinarse en «se equivocaron todos», el presidente hubiera admitido que él que se equivocó fue él al negar la crisis hasta el extremo de tachar de antipatriotas a quienes osaron nombrarla. Obama, es verdad, tampoco «cantó» esta segunda parte de la «palinodia», como Zapatero Obama tampoco se ha cubierto de ceniza y ha ofrecido sus disculpas a los ciudadanos; pero claro, es que a Obama no le cabe responsabilidad alguna en el fiasco, Obama ha heredado la crisis completita de Bush, de nada tiene que disculparse por que no era él quien gobernaba. Y Zapatero, sí.

¿Y por qué no se ha disculpado Zapatero? Desde mi particular punto de vista, porque no entra en sus planes rectificar. Vuelve a haber elecciones, y la política se ha vuelto muy cínica. Las encuestas dicen que el miedo a quedar a la intemperie en esta crisis sin «suelo» ni fecha de caducidad, volverá a hacer caer los votos en las arcas de las promesas de «ayudas sociales» del PSOE… con cargo al déficit; y el miedo es libre. ¿Pan para hoy, e impuestos para mañana? Seguir en el poder, y mañana Dios dirá.

Consuelo Sánchez-Vicente.

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