Fermín Bocos – Guerra sucia en el PP


MADRID, 27 (OTR/PRESS)

Al final, resulta que era verdad. Altos cargos de la Comunidad de Madrid fueron espiados y sometidos a indagaciones acerca del origen de sus bienes patrimoniales. No se sabe -todavía- quién dio la orden; ni está del todo aclarado quiénes hicieron los seguimientos, pero, en cambio, resplandece el objetivo de semejante iniciativa: frenar las aspiraciones políticas de Esperanza Aguirre. El octogenario Alvaro Lapuerta, antiguo tesorero del partido, aparece referido en las crónicas como el hombre que habría tenido en sus manos un dossier con datos supuestamente comprometedores sobre dos consejeros de Aguirre: Ignacio González y Francisco Granados. También ha trascendido que Rajoy habría informado del asunto a la presidenta de Madrid.

A la espera de la actuación de la justicia -los consejeros afectados han puesto el asunto en manos de la Fiscalía-, una parte de este asunto permanece aún entre sombras, pero otra cursa ya con estrépito ante la opinión pública provocando el descrédito de la imagen del primer partido de la oposición. La gente percibe que en las alturas de la organización conservadora hay una guerra sin tregua entre clanes. Rajoy, Aguirre, Ruiz Gallardón, son nombres que empiezan a sonar a batallas. Batallas por el poder interno en un partido que, al paso que va, seguirá en la oposición.

Pese al fracaso de su promesa estelar -ZP prometió pleno empleo y resulta que tenemos más de tres millones de parados y hemos entrado en recesión-, el PSOE no pierde en intención de voto.

El escándalo político que empaña la imagen del PP es un inesperado balón de oxígeno para Zapatero. Lo veremos reflejado en las elecciones de marzo. Al final, el clásico tenía razón: solo merecen ser tomadas en serio aquellas cosas de las que nos podemos reír.

Fermín Bocos.

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