Isaías Lafuente – Zapatero sin Fevreau


MADRID, 27 (OTR/PRESS) Casi en el arranque del programa de TVE Tengo una pregunta para usted, María José, una mujer en paro, le espetó al presidente: «Yo no he traído una pregunta para usted, lo que quiero plantearle si usted tiene una respuesta para mí». Esta contrapregunta resume muy bien el espíritu del programa y fue el prólogo de lo que vino después. El presidente Zapatero se había preparado para responder a preguntas sobre la crisis, pero algunos ciudadanos le preguntaron legítimamente sobre su crisis. Si Zapatero hubiera tenido a su lado a un Jon Favreau – el joven genio que le escribe los discursos a Obama – éste le hubiera preparado un dossier exento de cifras macroeconómicas y políticas gubernamentales, que esas se las sabe al dedillo el presidente, y preñado de respuestas puente que permitieran resolver la endiablada encrucijada que supone hablar de lo general sin eludir lo concreto. Hugo Chávez sabe cómo hacerlo y su programa Aló presidente se convierte con desparpajo en una oficina de empleo presidencial. Pero un gobernante serio de un país serio no puede hacer eso. Y ahí está la dificultad del encuentro.

Zapatero se equivocó cuando respondió a preguntas concretas con densos discursos generales y acertó cuando desmontó con pedagogía algunas falsas verdades que se han instalado sobre la inyección estatal a los bancos, que en España no es subvención a fondo perdido sino avales que, salvo catástrofe, volverán a las arcas públicas. Y se mostró más seguro al afrontar las cuestiones sobre la crisis que al responder a preguntas que sobrepasan la política y tocan territorios éticos como los que enfrentan el pacifismo con el negocio de las armas o la defensa de la vida y el aborto. En esta última cuestión, planteada por un sacerdote, un Favreau cualquiera habría rescatado la respuesta que Felipe González dio a un jererca de la Iglesia Católica cuando se debatió la primera ley del Aborto: si quiere cambiamos los papeles, yo condeno el aborto y ustedes, los obispos, encarcelan a las mujeres…

Con todo, lo mejor que tuvo el programa no fue el contenido sino el continente, no cómo se desarrolló sino que se desarrollara. TVE demostró una vez más que un espacio de contenido político puede pelear y ganar en el territorio de las grandes audiencias. Seis millones de espectadores y un 30% de cuota de pantalla constituyen un éxito rotundo que, además, tiene precedentes. Y en el invitado cabe valorar la valentía de subir al cuadrilátero sabiendo su condición de sufrido sparring, la misma que demuestran los trapecistas que actúan sin red. Y ese mérito se lo reconocieron quienes fueron preguntados por Metroscopia en una encuesta de urgencia que se hizo al finalizar el programa: un 74% aprobó a Zapatero y una inmensa mayoría valoró positivamente que el presidente se sometiera a un programa así «en estos momentos», entre ellos, un 63% de quienes se confesaron votantes del PP.

El tiempo dirá si esa percepción se traslada a otras encuestas. Porque el tiempo, en política, sitúa algunas verdades. Jaime, un jubilado, le preguntó a Zapatero cuál había sido su mayor error como presidente y éste confesó uno que ya había reconocido: proclamar la víspera del atentado de la T4 que un año después estaríamos mejor. Ahora Zapatero se encuentra en una situación semejante. Su gobierno cree, y él volvió a proclamarlo en televisión, que dentro de un año, que será dramático para la economía, estaremos mejor y comenzaremos a salir del túnel incluso reforzados. Otras instituciones como la Unión Europea no son tan optimistas. Así que sólo es cuestión de tiempo saber quién se equivoca, si Zapatero tendrá que confesar su segundo error antes de las próximas elecciones generales y si los ciudadanos le pasarán factura en las urnas por ello.

Isaías Lafuente.

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