MADRID, 28 (OTR/PRESS)
Finalmente, empieza a desvelarse algunos de los aspectos que podrían estar utilizándose en la pelea interna que se produce en el PP con divulgación de presuntas escuchas, seguimientos y otros procedimientos del espionaje. Se ha sabido ahora que desde hace y algunos años, informes confidenciales sobre la fortuna personal de los consejeros Ignacio González y Francisco Granados: el informe llegó a poder del ex tesorero del PP, y éste los puso en comunicación de Aguirre, quien a su vez lo relató a Esperanza Aguirre.
El ex tesorero, el veterano ,militante del PP Alvaro Lapuerta, según ha confirmado la propia presidenta Aguirre, cuestionó adjudicaciones sospechosas de la Comunidad de Madrid, se relata hoy. La presidenta, finalmente despreció la importancia del asunto y «lo archivó» en su memoria. Ignacio González se quejó a Rajoy: Estoy harto de que me investiguen… Pero parece que no hicieron lo mismo algunos adversarios de los dos comprometidos consejeros, que han venido siendo objeto permanente de las especulaciones del «espionaje».
El actual tesorero, Luis Bárcenas, aparece también en el relato de hechos nuevos. Se asegura que Bárcenas pidió contratos para Serygur a la Comunidad de Madrid, que el ejecutivo regional le adjudicó la Ciudad de la Justicia, pero le retiró la sede de Sol… Y se revela que la abogada de la empresas que ganó en la Puerta del Sol es prima de Aguirre… Y sin embargo, ahora, la propia Esperanza Aguirre se declara víctima del caso, «van a por mí», denuncia, y señala que es la principal interesada en que todo el asunto se aclare. «Estoy segura de que al final se sabrá quiénes son los responsables de esta trama, y quién nos acusa falsamente», dice la «lideresa»… No falta quien vea en la estrategia de Aguirre un ataque para frenar las investigaciones internas, mientras el sector de la presidenta ve probado que Rajoy habría venido actuando contra la presidenta…
Eso sí, hay coincidencia en que la mala imagen originada por el escándalo sume al PP en el desconcierto, y le priva de cualquier virtualidad para actuar en otras materias. La mayor parte del partido asiste perplejo y atónito a la cruenta batalla desatada en Madrid, que le imposibilita para otras tareas. A medida que pasan los días, el escándalo del espionaje se complica, y las viejas querellas entre los dirigentes del partido en Madrid parecen haberse avivado. La guerra sucia de los dossieres ha estallado y nadie sabe cómo acabará o qué cabezas se verán obligadas a rodar…
Porque, mientras tanto, las revelaciones no cesan ni siquiera amainan. Nos cuenta hoy que la Consejería de Interior de Granados posee tres aparatos paralelos de vigilancia que recelan entre sí, por causa de la desconfianza entre Granados y González; que los espías autonómicos investigaron un coche del Ministerio del interior, o que el espionaje alcanza al número dos de González en el Canal de Isabel II, Ildefonso de Miguel, de quien también se habría investigado el patrimonio. Y se asegura, asimismo, que Blesa se rebela contra Aguirre y niega actividades de espionaje. Eso sí, la pelea por el control de caja Madrid parece asunto menor o aparcado de momento, hasta mejor ocasión…
José Cavero
