José Cavero (2) – Llegó la recesión


MADRID, 28 (OTR/PRESS)

Por segundo trimestre consecutivo, los datos de la marcha de la economía nacional han comprobado y reafirman que estamos en recesión, en crecimiento negativo o decrecimiento. Ya los meses de verano habían registrado un primer dato negativo, de sólo dos décimas, pero la caída de los meses finales de 2008 abundaron en la tendencia, hasta una retracción del 1,1 por cien. Y la comparación se hace más dolorosa cuando se comparan los datos de los dos últimos años: frente al crecimiento del 3,8 por ciento del PIB o riqueza nacional, en 2007, los apenas ocho décimas de 2008… El Banco de España, que ratifica estos datos y su penosa tendencia, consecuencia de un ajuste muy severo, aprovecha para reclamar reformas. Las siempre pendientes reformas estructurales…

Y sobre todo, la incertidumbre de que este tiempo adverso pudiera prolongarse bastante más de lo que inicialmente se pensó: dos o tres semestres… De momento, ya estamos, con toda certeza, recorriendo el tercer trimestre de datos rojos, y nada permite imaginar que la tendencia pueda modificarse en poco tiempo.

Las suposiciones de quienes insisten en que tras el nefasto año presente podrá empezar a verse alguna nueva tendencia más feliz, vuelven a tropezar con otras sospechas mucho menos optimistas: una encuesta efectuada entre los participantes del Foro Mundial de Davos, llega a la conclusión mayoritaria de que la recuperación se hará esperar hasta 2012. ¿Y hasta entonces? Son muchos los empresarios y empleado, o empresarios autónomos, que se hacen esa pregunta angustiosa: hasta que vuelve a hacerse la luz del crecimiento, ¿qué cabe hacer? ¿Quién protegerá a las economías más endebles y delicadas? Está en condiciones el Estado de hacer frente a la situación de los ciudadanos más necesitados? Incluso con otra pregunta no menos inquietante: ¿Cómo podrá sobrevivir a crisis tan profunda y prolongada la mismísima composición actual del gabinete?

Los malos datos de la coyuntura nacional coinciden con los que han proporcionado los dos grandes bancos españoles, auténticas empresas multinacionales, BBVA y Santander. También ellos se han visto alcanzados en sus beneficios anuales correspondientes a 2008. Es cierto que las dos entidades financieras registran beneficios, pero son sustancialmente menores a los de años anteriores. Es evidente que el oficio de banquero ha tenido, y está teniendo, muy severas reconsideraciones en la opinión pública y por parte de los organismos internacionales. El oficio de banquero está en entredicho, y también lo están muchos de los activos acumulados por esta clase de entidades. Por si fuera poco, y salvo excepciones, muchos bancos prefieren resistirse a regresar a su principal función de procurar créditos a sus clientes.

José Cavero

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