Granados lo niega todo


MADRID, 30 (OTR/PRESS)

Al menos en cuanto a novedades sobre el llamado Watergate de Madrid, la sesión extraordinaria del viernes pasado en la Asamblea de Madrid pasó sin pena ni gloria. El consejero de Presidencia, Interior y Justicia, Francisco Granados, lo negó todo y la creación de una comisión investigadora en sede parlamentaria queda en el aire.

En comparecencia a petición propia ante la comisión de Interior de la Asamblea, Granados echó balones fuera desde el primer momento. Ni se reconoce en esa especie de Fouchet de Valdemoro cuya imagen están proyectando los medios de comunicación, ni admite ninguna irregularidad en la conducta de los agentes adscritos a las tres áreas relacionadas con la seguridad en el ámbito de su Consejería.

«El Gobierno de la Comunidad de Madrid no ha ordenado, ni ha amparado, ni ha conocido de los supuestos casos de espionaje y seguimiento», a altos cargos públicos y miembros del PP, denunciados en o últimos días, vino a decir Granados este viernes. De sus tajantes afirmaciones se desprende el desmentido rotundo a la acusación, implícita en las informaciones de «El País», de que este consejero, y secretario general del PP madrileño, hubiera creado un departamento encargado de espiar o hacer seguimiento a ciertos dirigentes políticos.

Así las cosas, insisto, el mayor interés se centra en saber si el PP madrileño acabara aceptando la creación de una comisión de investigación parlamentaria. Por lógica, sería lo suyo, puesto que la presidenta, Esperanza Aguirre, se pasa el día invocando la transparencia, mientras que el propio consejero, Francisco Granados, sostiene que «si alguien está interesado en que esto se aclare es la víctima, la Comunidad de Madrid».

Pues, adelante, ya que en este caso hasta los socialistas de Madrid no pueden estar más de acuerdo con la apremiante sed de verdad que parece sentir la presidenta madrileña. Además, ahí está el emplazamiento de Esperanza Aguirre a su entrañable enemigo, Alberto Ruiz Gallardón, para que se explique en sede parlamentaria sobre esa «unidad parapolicial» constituida en el Ayuntamiento de Madrid.

Los socialistas han aprovechado este deseo de Esperanza Aguirre para recordar al PP que la mejor forma de lograrlo, sin que Gallardón pueda negarse, es constituir la comisión de investigación reclamada el viernes por el PSM de Tomás Gómez y la Izquierda Unida de Inés Sabanés.

Su razonamiento no puede ser más lógico: si ya se ha constituido en el seno del PP, en atención a sus militantes, no tiene ningún sentido que no se constituya en la Asamblea, en atención a los ciudadanos. La disyuntiva es mala para el PP en cualquier caso. Si no accede, continuará su desgaste político. Y si accede, se pueden hacer aún más visibles la rencillas internas.

Antonio Casado.

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