MADRID, 3 (OTR/PRESS)
Han advertido quienes nos informaron del encuentro de ayer del presidente con seis relevantes banqueros, que, en primer lugar, se modificó el escenario: se pasó de las butacas a mesas de trabajo. Se incorporó a Solbes al encuentro. Y éste había tenido un aperitivo agridulce: La muy ácida y recriminatoria declaración del portavoz de la patronal bancaria, Miguel Martín, quien había negado la resistencia del sector a colaborar en la recuperación de los créditos, -«damos todos los préstamos que piden las empresas solventes»-, y que había llegado mucho más lejos, al afirmar que la economía ha perjudicado a la banca y no al revés. Que gracias a ellos no se hunde la economía. Y que la culpa no es de la banca y los banqueros, sino de la economía real, y que quienes deben pagar la crisis son quienes dieron malos créditos…
Con esos prolegómenos y circunstancias preliminares, nos relatan los diarios que Zapatero pidió a la banca que se implique más en las ayudas, y los banqueros, a su vez, le pidieron que modere sus ataques al sector. Las entidades están dispuestas a conceder más préstamos si el Gobierno comparte mayores riesgos. La AEB asegura que España debe reducir su nivel de deuda, y critica la respuesta tardía del Gobierno a la crisis. Finalmente, y al término del encuentro la banca se compromete a flexibilizar los créditos a las pymes, y el Gobierno reforzará y ampliará las líneas del ICO para empresas y parados. El Gobierno ofrece apoyo del ICO a la banca para que dé más créditos y el presidente apoya un refuerzo del aplazamiento de hipotecas a parados a través del instituto de Crédito oficial. El Gobierno solicita que se facilite a los desempleados aplazar el pago de sus hipotecas, solicitud a la que algunos bancos se venían negando en las últimas semanas, tras decidir ser más exigentes a la hora de la concesión de créditos a personas o entidades «solventes»..Es evidente que la banca teme que la morosidad registre cotas insoportables…
En resumidas cuentas, el Gobierno reclama un esfuerzo adicional, y Banca y Gobierno asumen un compromiso genérico para extender el crédito. La banca parece dispuesta, pero está por ver, a asumir la petición del gobierno de hacer ese esfuerzo adicional para conceder más créditos.
En cuanto a reacciones «del exterior», los sindicatos expresan su confianza en un pacto que facilite la liquidez. Es lo que ahora esperamos todos: que los reproches mutuos conduzcan a algún punto positivo y no se regrese a actitudes beligerantes sino de colaboración. Hay una cifra que, en este momento, resulta ofensiva y hasta injuriosa para muchos: la gran banca ganó en 2008, el primer año de la gran crisis, la friolera de 17.950 millones. Casi veinte mil millones suma en su conjunto el sector en su renglón de beneficios finales, cuando han quebrado centenares de empresas y han llegado al paro tres millones y medio de españoles con severísimas dificultades de supervivencia económica. En la búsqueda de culpables de esta hora, también están los malos pagadores. Resulta que los municipios están tardando una media de 275 días para pagar a los empresarios, lo que está provocando una auténtica ruina masiva de proveedores.
José Cavero.
