Julia Navarro – Escaño cero – Una cifra de infarto


MADRID, 3 (OTR/PRESS)

3,327.801 millones de desempleados, ésta es la cifra del paro en España según los datos facilitados por el Ministerio de Trabajo. Una cifra que produce escalofríos por más que desde el Gobierno se diga que en enero siempre ha sido un mes malo para el empleo. Es verdad, sí, pero que en este último mes casi doscientas mil personas hayan engrosado la lista del paro no se debe solo a que enero sea un mes malo. Así las cosas, todos miramos hacia el Gobierno aún sabiendo que no tienen una varita mágica para cambiar la realidad pero que sí pueden paliar los efectos devastadores del paro.

El presidente de Gobierno ha pedido a los bancos que den más créditos y los bancos se resisten porque no quieren que la crisis se les lleve por delante, de manera que piden más garantías al Estado. Mientras empiezan a aflorar brotes de xenofobia en el mismísimo corazón de Europa. Ahí están las manifestaciones y huelgas de trabajadores en Inglaterra que protestan por las contrataciones de extranjeros. O los incidentes xenofóbos en Italia donde incluso desde el gobierno se mira con recelo a los inmigrantes. Lo porque puede pasar es que los países empiece a cundir un sentimiento nacionalista que pase por creer que los problemas de la crisis se solucionarán mejor sin los «otros», es decir sin los inmigrantes. Personalmente me pone los pelos de punta que un trabajador mire con desconfianza a otro trabajador solo porque tenga una nacionalidad diferente, porque esa actitud al final conduce a la xenofóbia. Como me parece un error hacer llamamientos a que solo se consuman productos nacionales.

La verdad es que las cifras invitan a la desesperanza pero para salir de la crisis también es importante el estado de ánimo, no digo que haya que ser un optimista profesional, pero sí creer que seremos capaces de salir airosos de esta situación. Por otra parte es preocupante el aumento de gastos superflujos en la Administración. Me parece que no es de recibo que los líderes políticos, llámese Touriño o Carod, o quien sea, se gasten el dinero de los contribuyentes, arreglando despachos con detalles lujosos, o marchándose de viaje con séquitos innecesarios. Hace bien Zapatero en exigir a los bancos que den créditos, pero también debe de exigir a todos los estamentos de la Administración que sean especialmente cuidadosos con el gasto. Ya sé que el Gobierno no tiene poder para decidir cómo se gastan el dinero en las autonomías, pero al menos sí debería intentar convencer a los presidentes autonómicos de que sean especialmente cuidadosos y respetuosos con el dinero de los contribuyentes.

Las cosas van mal, y el Gobierno debe de estar especialmente atento en dos frentes: uno, evitar que en nuestro país haya brotes de xenofobia, otro lanzar una campaña de austeridad pública, y el Gobienro podría dar ejemplo cejando en su empeño de que se coloquen grandes cartelones anunciando que tal o cuál obra pública está realizada por el ministerio de Obras Públicas. Lo han dicho algunos alcaldes: en algunos casos el cartel en cuestión cuesta más que la obra a realizar. Creo que es tiempo para la prudencia para evitar que la angustia e indignación que se va a acumulando en al gente termine desbordándose. Y el primer ejemplo lo debe de dar el Gobierno.

Julia Navarro.

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