Isaías Lafuente – Debe y haber


MADRID, 3 (OTR/PRESS)

Acostumbrado a manejar extractos bancarios, el presidente de la AEB, Miguel Martín, ha resumido la situación en la que estamos. En la casilla del haber ha situado la fortaleza de nuestro sistema financiero, y en la del debe, la imprevisión del Gobierno y el irresponsable endeudamiento de empresas y familias. En un fundido final, sostiene Martín que en estas circunstancias la Banca es víctima de la economía real y artífice de que su hundimiento no sea aún mayor. Hace tiempo que desde todos los ámbitos se esperaba que la Banca dijera algo, aunque para escuchar cosas así casi hubiera sido mejor que prolongara su silencio.

No tengo capacidad para valorar la responsabilidad de un colectivo tan inmenso como es el que reúne a todas las familias y empresas españolas, pero pondría la mano en el fuego por su memoria. Y no hay que rebuscar mucho en sus rincones para recordar los tiempos no tan lejanos en los que los bancos nos ponían la alfombra roja para hilvanar el traje de nuestra hipoteca. Un traje ajustadísimo en el que las costuras casi estallaban por los elevados precios de la vivienda que certificaban tasadores bendecidos por los bancos, por el volumen de las hipotecas concedidas y por el sobrepeso de lo prestado respecto a la renta de los deudores. Y cuando algún cliente mostraba alguna temerosa prevención, siempre había un empleado dispuesto a disiparla. La vivienda era entonces un bien que ofrecía plusvalías millonarias y aseguradas, los tipos una variable que nunca podría desbocarse por la seguridad que nos daba nuestra pertenencia al euro, una buena hipoteca, en fin, era la mejor de las formas de ahorro, el mejor de los planes de pensiones. Y ahora aquellos que nos invitaban al festín nos responsabilizan de la diarrea.

Parece mentira que el máximo responsable de la patronal que reúne a los bancos venga ahora a hablarnos de la economía real cuando han sido colaboradores necesarios en la construcción de la economía irreal que ahora se ha venido abajo. Parece mentira que acuse a nadie de no haber visto venir la que se venía cuando ni ellos han escapado a la acción de trileros desaprensivos. Los ciudadanos somos muy conscientes de la elevada factura de los errores cometidos. Llega cada mes en forma de cartas de despido, hipotecas impagables y elevado déficit que tendremos que sufragar con nuestros impuestos. A lo que no estamos dispuestos es a que además se nos ofenda. Y eso es lo que ha hecho el señor Martín con sus palabras.

Isaías Lafuente.

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