Esther Esteban – Más que palabras – A Dios rogando y… con el mazo dando


MADRID, 6 (OTR/PRESS)

De esta forma tan gráfica titulaba esta semana el periódico el Mundo la visita privada del secretario de Estado del Vatiano Tarsicio Bertone a España, recibido pese a la teórica privacidad, casi con honores de Estado. Si de muestra vale un botón, desde el Rey al presidente del Gobierno, pasando por el ministro Moratinos o la vicepresidenta Maria Teresa Fernandez de la Vega agasajaron al ilustre invitado y cada uno, a su manera, tuvieron ocasión de comprobar cómo están las relaciones con el Vaticano, en un intento muy mediático de limar asperezas con la Iglesia con la que a menudo el Gobierno topa.

Está claro que la Diplomacia española se empleó a fondo, lo que no impidió que se vieran una vez mas las profundas discrepancias en asuntos polémicos como el aborto, la Educación para la Ciudadanía, la familia, la eutanasia o la libertad religiosa. Buenas palabras, gestos amables pero diferencias abismales como no podía ser de otra manera. ¿Alguien podía imaginarse siquiera que la Iglesia cambiara su posición en temas que son esenciales para la fe que predica? o ¿alguien pretendía que el gobierno de Zapatero paralizara algunas de las promesas electorales por las que fue elegido?.

Las malas lenguas dicen que con tanto agasajo el ejecutivo pensaba «puentear» a la Conferencia Episcopal de Rouco y lanzar un mensaje a la cúpula de la Iglesia Española de que sus relaciones fetén son con el Vaticano y no con los mandamases nacionales. Es una idea tan absurda como equívoca que denota el poco conocimiento que, quien la pretendiera, tiene de la jerarquía eclesiástica. Una cosa son las relaciones convencionales entre dos estados el Vaticano y España y otra muy distinta pensar que Rouco o cualquiera de los obispos van por libre o se pueden convertir en «versos sueltos» como hacen algunos políticos en sus partidos.

Cuando el número dos del Vaticano acabo su sesión fotográfica con los políticos, no se salió ni un ápice del guión que mantienen los obispos españoles, tal vez con la fineza de un diplomático curtido y la simpatía y elegancia de un salesiano pero su conferencia de 12 paginas, leída en prefecto español, no distó ni un milímetro de las tesis de sus colegas españoles. Pidió restringir que no ampliar la ley del aborto, dijo que la educación compete a los padres, que la vida familiar esta fundada «sobre el matrimonio entre hombre y mujer «y defendió una libertad religiosa no entendida como simple libertad de culto sino libertad para que las confesiones religiosas puedan ejercer su misión». Se puede decir mas alto pero no mas claro y desde luego nadie debe llamarse a engaño. Al final lo único que cabe esperar es que haya voluntad de evitar tensiones innecesarias y que la Iglesia católica y el gobierno socialista español no se tiren los trastos a la cabeza cada dos por tres. Ni hacer un laicismo de tierra quemada, ni que la Iglesia haga constantemente política desde los púlpitos. Es decir, al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

Esther Esteban

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído