Consuelo Sánchez-Vicente – Vivir del aire


MADRID, 8 (OTR/PRESS)

Suena bien la propuesta del nuevo líder de IU, Cayo Lara, de arbitrar una subvención mensual de hasta 600 euros para las familias en las que tienen a todos sus miembros en el paro, que son muchísimas, según los últimos datos oficiales sobre desempleo, 827.000 hogares españoles se encuentran en esta tremenda situación de que a primeros de mes no entre en casa ningún ingreso, inimaginable en muchos de ellos hasta hace bien poco tiempo. Suena bien porque casi hemos perdido la costumbre de que el discurso de la izquierda se centre en defender y amparar a los más débiles, y estas 827.000 familias españolas deben estar sintiendo con especial intensidad el desamparo de salir a buscar trabajo y no encontrar por mucho que rebajes tus expectativas

Estos hogares, el millón y medio de parados «por cuenta ajena» que hoy cobran la prestación por desempleo y que según las cuentas de IU en primavera se quedarán sin ella una vez agotado el periodo de cobertura al que tenían derecho por su último trabajo, y la legión creciente de pequeños y medianos empresarios y emprendedores autónomos «sin derecho a paro» que cada día pierden su medio de vida bien porque tienen que cerrar su industria por la sequía del crédito o bien porque sus empleadores ya no solicitan sus servicios, son la vanguardia de la crisis, el espejo al que los que aun tenemos trabajo – no sabemos hasta cuando – no queremos mirar. El eslabón más débil de la cadena de la auténtica fábrica de parados en que se está convirtiendo nuestro país

Cada vez que Zapatero dice eso de que juntos saldremos adelante y bla, bla,bla, me digo, hombre, sin duda, se habrá quedado calvo el presidente de discurrir, ¡menudo descubrimiento! Pues claro que saldremos. Los países siempre salen adelante en tiempos de crisis, por duras y profundas que sean las crisis siempre acaban por remitir, y con más o menos desgarrones, así ocurrirá esta vez. La cuestión, desde mi punto de vista: el hecho diferencial hispano-español de esta crisis, es que el miedo a ser el próximo parado «de comedor social» se está extendiendo como el aceite incluso hasta entre los empleados más fijos, conozco funcionarios que hacen economías como el que más. Y esto pasa porque la crisis económica «internacional» está derivando en nuestro país hacia una crisis de confianza.

Mientras el gobierno parece perdido sin propuestas ni ideas, la oposición popular anda a sus líos. Creo que el Pleno sobre el Paro que tendrá lugar mañana en el Congreso es una nueva oportunidad – ya veremos si aprovechada o perdida – de que el presidente llame al gran acuerdo social y político que en mi opinión estamos necesitando para buscar entre todos soluciones creíbles a la lucha contra el paro, y contra el miedo.

COSUELO SANCHEZ-VICENTE

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