Esther Esteban. Más que palabras – Adiós Eluana


MADRID, 12 (OTR/PRESS)

Pesaba menos de 40 kilos, sus brazos y piernas estaban completamente agarrotados. La tenían que colocar de lado porque si la situaban boca arriba corría el riesgo de ahogarse en sus propios vómitos, ya que su estómago, completamente atrofiado, era incapaz de retenerlos. Desde hace 17 años a Eluana el personal sanitario tenia que cambiarla de posición cada dos horas para evitar que su cuerpo se convirtiera en una llaga y aun así en algunas partes apenas tenia piel o era tan fina que sangraba continuamente.

Nada quedaba de esa mujer joven, alegre, guapa y rebosante de salud que hemos visto en las fotos. Nada de esa espectacular sonrisa que era un canto a la vida. Aquella adolescente que dejó de existir cuando la fatalidad quiso que sufriera un accidente de tráfico al patinar su coche en una calzada helada, ha sufrido un calvario desde entonces.

Entiendo que su madre durante años se aferrara a la esperanza de que su única hija despertara algún día de ese maldito sueño, que se empeñara durante años en vestir impecablemente a su niña y cuidar hasta el mínimo detalle de su aspecto físico porque ella era coqueta y no querían decepcionarla.

Supongo lo que sintió esa madre cuando supo que tenia un cáncer y no podría seguir dando esos mimos a su pequeña y respeto profundamente la entereza de su padre, Beppino, para ir de tribunal en tribunal a fin de que le permitieran acabar con la agonía de su hija, muerta en vida desde hace mas de década y media.

Ese padre al que han llamado asesino por proteger lo poco que le quedaba de dignidad a su hija, quería el amparo de la ley y lo consiguió, quería demasiado a su retoño para no intentar callar la boca de todos presentado ante la opinión publica una foto de la Eluana actual y sobre todo quería dejar de verla sufrir. ¿Qué padre o qué madre no daría lo que fuera, su vida si llega el caso, por evitar el sufrimiento de sus hijos?.

No quiero entrar en consideraciones éticas, morales, o políticas sobre la eutanasia, porque han sido quienes apelan a estas razones los que han llevado el caso de forma vergonzante hasta sus últimas consecuencias. Me niego a ver este caso desde la frialdad y la distancia del observador. Soy madre quiero a mis hijos mucho más que a mi propia vida pero jamás permitiría que pasaran por esa terrible agonía, si como se ha dicho y constatado la muerte era irreversible. Descansa en paz Eluana, joven y bella. Gracias a tu padre, que ha preservado tu imagen, te tendremos en nuestro recuerdo y en nuestra retina como una persona rebosante de vida y no como un espectro.

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