Fernando Jáuregui – La semana política que empieza – La cacería de Bermejo (y de Garzón)


MADRID, 15 (OTR/PRESS)

Admitiendo que irse juntos de cacería es un acto política y estéticamente impresentable perpetrado por el ministro Fernández Bermejo y por el magistrado Garzón, pienso también que el Partido Popular ha encontrado en la ya célebre montería de los venados ensangrentados una imagen con la que pretende salvarse de que le recordemos que es necesaria una investigación a fondo de las cosas que han ocurrido en las autonomías de Madrid y Valencia: por ejemplo, ¿para cuándo la puesta en marcha, de verdad, de esa comisión de investigación en la Asamblea madrileña?. Y calculo también que esta semana los «populares» van a tener la fortuna de hallar algo de cobijo a la sombra de las desdichas del mentado ministro de Justicia, que está logrando la increíble hazaña de unir a casi todos los jueces, incluyendo la asociación progresista, que hasta ha pedido su reprobación, en su contra.

Sí, qué duda cabe de que esta semana va a ver los titulares periodísticos sobre los avatares del PP relegados merced a la huelga de los jueces. Una huelga considerada ilegal por el Consejo del Poder Judicial, desaconsejada por todos los partidos políticos y, antes, por las asociaciones más importantes de jueces. Bermejo trató de convocar a esas asociaciones -la profesional de la Magistratura y Jueces para la Democracia_a un encuentro la víspera de la convocatoria de la huelga, pero ambas le dieron con la puerta en las narices. Y han unido sus voces airadas a la Francisco de Vitoria, Movimiento 8 de Octubre, Foro Judicial Independiente. No es que secunden con entusiasmo ahora la huelga, pero todos dicen que «comprenden» los motivos de los magistrados más irritados ante la falta de medios y, dicen, ante las injerencias del poder ejecutivo en el poder judicial.

La oposición ha aprovechado la ocasión para tratar de cazar a Bermejo; han cortado sus relaciones con el Ministerio de Justicia hasta que el ministro no sea cesado, a lo cual no da la impresión de que Zapatero esté demasiado dispuesto en este minuto, o dimita -cosa que no parece tener la menor intención de hacer, pese a las zozobras por las que está atravesando– . Y, esta semana, Rajoy va a aprovechar la sesión de control parlamentario al Ejecutivo para lanzar sus dardos más envenenados contra Bermejo y contra su compañero de cacería, Baltasar Garzón, al que el PP pretende recusar para que no intervenga más en la instrucción del «caso Gürtel», o «Caso Correa». Curioso que esa sesión parlamentaria vaya a coincidir con la jornada de huelga de los jueces, una jornada que aún nadie puede calcular cuánto grado de éxito, o de fracaso, o de ambas cosas, tendrá.

¿Es el fin político de Bermejo, un fiscal «duro» que albergaba ambiciosos proyectos , no siempre consensuados, de reforma para el sistema judicial español? Eso solamente Zapatero lo sabe, aunque sin duda el ministro va a resultar seriamente tocado por lo que pase esta semana, en la que, para colmo, se va a registrar un paro de los funcionarios de los juzgados: más retrasos, más papeles acumulados. Y, de paso, sospecho que tampoco Garzón va a salir demasiado bien librado de este lance: sus pretensiones de ocupar la presidencia de la Audiencia Nacional, que parece que las ha tenido, se difuminan . Demasiado polémico, dicen quienes quieren dar caza al «juez estrella» por antonomasia. Lo dicho: Garzón (y Bermejo), de nuevo en todas las portadas. Van a cazarlos

FERNANDO JAUREGUI

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