Antonio Casado – Alcobendas se globaliza


MADRID, 23 (OTR/PRESS)

Espero que la estirpe árabe del nombre del pueblo pregonado por Penélope Cruz en la gala de los Oscar no excite la pasión reivindicativa de quienes siguen llorando la pérdida de Al Andalus cinco siglos después. En todo caso, mejor no dar ideas a ciertos radicalismos de turbante empeñados en amargarnos la vida de un tiempo a esta parte.

Es lo malo de la globalización, que da cuartos al pregonero, aunque pesan más las ventajas. De momento, que le quiten lo «bailao» a los paisanos de nuestra actriz más universal. No sólo los de Alcobendas, claro, sino madrileños y españoles, en razón del discurso extensivo de Penélope cuando la otra noche recibió el Oscar a la mejor actriz de reparto.

Disculpas por la incursión en las resonancias árabes del mencionado pueblo madrileño. En realidad, la parte sustancial del discurso extensivo de Penélope es, a mi juicio, la especial dedicatoria del premio a los actores españoles y, en general, al cine español. Le viene bien esta sobredosis de autoestima a escala global, o mejor, dosis de recuerdo, después de los palos que viene recibiendo puertas adentro desde sectores de la derecha política perfectamente identificados.

Quienes tratan de «titiriteros» a las actrices y actores españoles desde que éstos alzaron la voz contra la guerra de Irak, debieron sentir retortijones al advertir la otra noche que Penélope no renunció, no quiso renunciar, a un turno reivindicativo de nuestro cine. Es lo que tocaba. Y lo que se merece la gente entregada a mantener y mejorar en clave propia, cercana, reconocible, este singular medio de expresión.

También a escala global nos conviene señalar la aportación de nuestra estrella femenina, como antes lo hiciera José Luis Garci, Fernando Trueba, Pedro Almodóvar o Javier Bardem, a eso que los analistas de la política internacional denominan «diplomacia pública». Es decir, un compromiso que desborda a los diplomáticos profesionales e implica a cualquier ciudadano cuando se trata de representar a su país.

La difusión de la marca «España» -moderna, tolerante, competitiva y encantada de haberse conocido-, como una tarea de todos, especialmente quienes destacan en los distintos campos de la actividad: empresarial, deportiva, científica, cultural, etc. Si echamos un vistazo a estos dos o tres últimos años, no nos podemos quejar. Sobre todo en el plano deportivo, donde nombres como los Nadal, Gassol, Torres, Xavi, etc., han puesto en lo más alto el nombre de España.

No está mal como paliativo para una España en horas bajas a consecuencia de la crisis económica, Pero también en eso estamos globalizados, como Alcobendas en ese domingo trasnochador.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído