MADRID, 23 (OTR/PRESS)
Aunque el titular resulte desafortunado, ya se puede decir que la Fiscalía de Cataluña es corrupta, aunque no sea cierto, sin caer en el delito de injurias. Asimismo, cualquiera puede desear la muerte de la fiscal superior, Teresa Compte, a pesar de lo grosero que es desear la muerte de nadie.
Según la propia Teresa Compte, el diputado Joan Tardá no cometió un delito de injurias a la Corona, cuando dijo, delante de un encendido auditorio, aquello de «¡Muera el Borbón!». Es decir, que si mañana cualquier ciudadano grita «¡Muera Teresa Compte!» no pasa absolutamente nada, porque eso no significa sino «una mayor o menor habilidad dialéctica».
Parece que la falta de habilidad dialéctica se considera una eximente y a un diputado no se le exige habilidad dialéctica, ni siquiera educación para la ciudadanía, con lo que un paisano de a pie, me imagino que con menor habilidad dialéctica, incluso podrá mentar la memoria de los progenitores de los fiscales de la Fiscalía de Cataluña, sin que se cometa la más leve injuria.
El diputado Joan Tardá calificó al Tribunal Constitucional de corrupto, pero la comprensiva fiscal superior considera muy inferior este calificativo, al que no se puede criminalizar sin más por estas expresiones «aunque choquen o inquieten». Es decir que, a partir de ahora, calificar a la Fiscalía de Cataluña de corrupta puede chocar o inquietar, pero tiene amparo constitucional mientras no afecte a la dignidad, según la peculiar y liberadora doctrina de la fiscal superior Teresa Compte.
Saber que los miembros de la Fiscalía de Cataluña no se ven afectados en su dignidad, por mucho que se afirme que la Fiscalía de Cataluña es corrupta, es una noticia que nos alivia al contemplar las tragaderas que tienen los fiscales y al entender que injuriar en España es ya una tarea casi imposible.
